13 marzo 2012

Mitos de la entrevista laboral

En un escenario ideal, una entrevista de trabajo debe reunir dos ingredientes: un candidato que conoce la empresa y sabe vender sus talentos y un entrevistador preparado para hacer las mejores preguntas. En la práctica, ambas partes pueden caer en errores, como improvisar.

Una entrevista típica, donde el reclutador solo hace preguntas sobre empleos anteriores, por ejemplo, aumenta solo 2% la posibilidad de tener a la persona adecuada para el puesto, señala el autor Peter Gilbert, en el libro The Most Common Hiring Mistakes and How to Prevent Them (Los errores más comunes al contratar y cómo prevenirlos). En una entrevista, el candidato es el primero en querer impresionar para ganar el puesto. Esa actitud, sin embargo, es un mito. Existen otros más y aquí enumeramos algunos.

El reclutador es perfecto. El aspirante tiene una imagen -casi- "sagrada" de quien lo entrevista; es decir, se le observa como alguien que conoce cada detalle de la empresa, se prepara para el encuentro con el candidato y tiene en su mente las preguntas perfectas para evaluarlo. La verdad, esa persona detrás del escritorio tiene cientos de currículos por leer y peticiones "urgentes" con las cuales lidiar, así que tal vez esté igual de estresado que tú y no tuvo tiempo de revisar el CV.

Solo importan las cifras. Continuamente se recomienda que al hablar de los éxitos en otros trabajos se incluyan cifras que confirmen los resultados. ¿Aplica esa fórmula en todos los casos? Ignacio San Martín, executive manager de la división de Engineering & Manufacturing de la firma Michael Page México, menciona que lo importante al dar esos datos es tomarse unos segundos para respirar y dar el mejor ejemplo para la experiencia que desea demostrarse.

Bla, bla, bla. Hay candidatos que a partir de la primera pregunta se "sueltan" con un discurso y apenas dan espacio de comentarios al final de la conversación. Se cree que mientras más información se brinde, mejor, y se tendrá satisfecho al reclutador. La realidad es diferente.

Hablar demás y responder en forma afirmativa a todo podría poner en duda tu calidad como empleado. Si existe una duda del proyecto o algo en lo que no estás de acuerdo, como cambiar de residencia, exprésala y sé honesto.

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