02 septiembre 2013

Cuando el desgaste laboral afecta, hay que ajustar las clavijas

Si se ha sentido cansado no solo física sino mentalmente, no se siente cómodo con lo que hace o cree que debe cambiar de actividad, puede ser que esté sufriendo de desgaste laboral.

Los principales síntomas. Esta anomalía ha sido entendida como el resultado de la suma de situaciones de alta complejidad, con efectos en diversas facetas de la vida del trabajador.

Y la depresión, el estrés, la continua vulnerabilidad a enfermarse, o la disminución de la productividad y la eficacia son algunos de sus “síntomas”.

En un estado como este, las capacidades del empleado se ven sobrepasadas por las responsabilidades adquiridas, y tal vez es esa sensación de no tener control sobre ellas lo que causa episodios clínicos más severos en los equipos de trabajo.

Lo que recomiendan los expertos. Algunos estudios sobre el tema sostienen que un estado de vida permanentemente bajo presión y alta entrega de energía causa resultados laborales y de salud poco deseados.

Existen distintas formas de prevenir el desgaste laboral, como por ejemplo:

En equipo, los expertos en la dinámica de grupos deben realizar la supervisión del equipo de trabajo. El diálogo y reflexión permanente de las dificultades en el equipo de trabajo.

En caso de hacerlo personalmente, se recomienda usar técnicas de relajación y respiración.

La reestructuración cognitiva-comportamental, es aconsejable. La asertividad, pero como hábito de vida y el entrenamiento en resolución de problemas.

La mejor Respuesta Terapéutica siempre está asociada a la integración de todos los aspectos preventivos tanto personales como en el equipo.

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