27 enero 2014

10 horas en la oficina, peor que la comida chatarra

HABITOS SALUDABLES

EJERCICIO FÍSICO

Tener una buena dieta y hacer regularmente ejercicio físico es importante, pero existen otros

hábitos con clara incidencia en nuestro estado de salud y que, sin embargo, casi no se mencionan a la hora de revisar un estilo de vida saludable. “Pasar 10 horas al día en un trabajo que nos resulta insoportable puede ser mucho peor para la salud que alimentarse a base de fast food”, señala Inés Montiel, médico y facilitadora del curso de coaching de Salud de Tisoc.

Y añade: “La dieta y el ejercicio son dos aspectos importantes pero no los únicos que determinan ese concepto tan amplio que es la salud. Hablar de salud es hablar de equilibrio y de bienestar”.

OTROS HÁBITOS

1. Duerme sin estar pendiente del reloj. No se trata de dormir entre 7 y 8 horas diarias, ni de acostarte antes de una determinada hora, sino de dormir lo suficiente en cada caso. En esto del descanso no existen las reglas estandarizadas ni los hábitos inamovibles. La clave es seguir los dictados de nuestro cuerpo.

2. Piensa muy bien lo que piensas. ¿Qué tipo de mensajes te estás lanzando a ti mismo desde que te levantas? Aunque no seas consciente de ellos, eres un reflejo inmediato de lo que estás pensando y tu cuerpo reacciona constantemente a lo que pasa por tu cabeza. Plantearse las cosas en positivo, relativizarlas y pensar que tienes control sobre lo que te sucede son prácticas que hacen que tu sistema inmunológico y aparato circulatorio estén más fuertes.

3. Haz que la jornada de trabajo sea lo más agradable posible. Ocho horas al día es mucho tiempo al cabo de toda una vida de trabajo. Te interesa llevarte lo mejor posible con tu trabajo. Selecciona los aspectos de tu vida profesional que más te gustan y piensa en ellos regularmente.

Saborea y disfruta lo que te hace ser y estar mejor en tu trabajo. Así estarás poniendo el foco en lo bueno y dejando en un segundo plano lo malo.

4. Pregúntale a tu cuerpo lo que quiere comer. Comemos y bebemos más de lo que necesitamos, y lo hacemos casi por inercia, sin disfrutar de la comida y sin ser conscientes de si tenemos hambre o sed. Habrá días en los que te apetezca una hamburguesa y otros en los que el cuerpo pida alimentos frescos o incluso un poco de ayuno. Algo tan sencillo como escuchar a tu cuerpo te puede llevar a realizar una auténtica dieta de desintoxicación casi sin proponértelo.

5. Elige tus relaciones. Curiosamente nuestra cultura nos prepara para elegir una de entre las 20 mermeladas, casi idénticas, del supermercado, pero no nos enseña a discriminar las personas con las que nos relacionamos. Nuestra salud nos agradecerá que elijamos conscientemente y bloqueemos aquellas que no nos convengan. Para aquellas relaciones tóxicas que no podemos o no queremos apartar de nuestras vidas, se pueden limitar los tiempos de contacto y acortar los espacios de nuestros encuentros.

6. Asume el control de tu salud. Tendemos a pensar que nuestro papel ante la enfermedad es puramente pasivo y que cuando nos ponemos malos lo único que podemos hacer es esperar y/o seguir los dictados del médico. Sin embargo, en el área de la salud, como en muchos otros aspectos de la vida, tenemos mucha más responsabilidad sobre lo que nos sucede de la que nos gustaría.

Si elegimos cuidar de nuestro cuerpo seguramente nos recuperaremos mucho antes y enfermaremos menos.


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