13 junio 2015

Latinoamérica busca reducir el trabajo infantil

Las acciones de lucha contra las drogas, agua y saneamiento y gestión de riesgos serán beneficiados.

Latinoamérica conmemoró ayer el Día Mundial contra el Trabajo Infantil con señales de avance en la reducción del problema, pero con el reto aún de erradicar para fines de esta década un flagelo que afecta a cerca de 13 millones de niños de la región, la mayoría de los cuales abandona la escuela para trabajar.

Precisamente, este año la fecha se ha enfocado en la educación como un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil, que, según la más reciente estimación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), afecta a 168 millones de niños en el mundo, de los cuales unos 85 millones realizan labores peligrosas.



VÍCTIMAS. Aunque América Latina y el Caribe ha logrado reducir en los últimos años en 7,5 millones el número de niños trabajadores, un 8,8 % de los menores de la región sigue siendo víctima de este problema, con cerca de 9 millones ejecutando tareas riesgosas, especialmente en agricultura, pesca, servicio doméstico, minería y ventas ambulantes.

Este es uno de los factores, según la Unicef, por los que cerca de 4,2 millones de menores de la región no asisten a la escuela, algo en lo que coincide la OIT en su "Informe mundial sobre el trabajo infantil 2015", en el que afirma que en los países de bajos ingresos entre 20 y 30 % de los niños deja de estudiar y entra a trabajar a los 15 años.

Por esta razón, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió con motivo de esta fecha tomar medidas para que todos los menores de la región puedan terminar al menos el ciclo de enseñanza primaria y formarse para tener un empleo digno cuando sean adultos.



BOLIVIA OBSERVADA. Paradójicamente, combatir la pobreza fue una de las razones por las que Bolivia decidió legalizar hace un año el trabajo infantil, tras una exigencia de los propios menores trabajadores.

De esta forma, se estableció que el trabajo de los niños por su cuenta está permitido a partir de los 10 años y a partir de los 14 años pueden tener una relación de dependencia con un empleador, siempre que cuenten con permiso de sus padres y del Ministerio de Trabajo.

En Bolivia trabajan unos 850.000 menores, de los que el 87 por ciento desempeña oficios peligrosos y un 77 por ciento no es remunerado porque lo hace ayudando a su familia.

En sentido opuesto, el Gobierno dominicano destacó la reducción del 6 por ciento de trabajo infantil en el país en los últimos 10 años con la aplicación del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), que incluye un incentivo a la asistencia escolar y un bono estudiantil para unos 300.000 estudiantes.

Ecuador también ha desarrollado acciones en el campo educativo, entre ellas una serie de programas de formación flexible, con el fin de cubrir el rezago escolar de los niños trabajadores.

Este tipo de acciones ha llevado a un descenso del trabajo infantil del 12,12 por ciento en 2006 a 2,98 por ciento en 2014, con lo que actualmente 99.540 niños de entre cinco y 14 años tienen alguna ocupación, de los que el 83,8 por ciento también estudia.

Asimismo, Costa Rica, que recortó entre 2002 y 2011 la cifra de niños trabajadores de 113.000 a 47.400, lo que representa 4,6 % de la población menor de edad, ha fortalecido los programas de becas escolares y reforzado su lucha contra la pobreza, con el fin de erradicar el trabajo infantil para el 2020.

Esa es la misma meta de Honduras, donde más de 371.000 menores forman parte del mercado laboral, la mayoría en el sector informal, ante lo cual el Gobierno coordina iniciativas con la empresa privada, las organizaciones obreras y la sociedad civil.


PARA LA CIDH, CUANDO EL ESTADO TIENE UNA SÓLIDA RED DE SEGURIDAD SOCIAL QUE ASEGURA ASISTENCIA PARA LA COBERTURA DE NECESIDADES BÁSICAS, SE DISMINUYE EL RIESGO DE QUE NIÑOS Y NIÑAS SEAN EXPLOTADOS

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