17 agosto 2015

Once características que permiten distinguir a un acosador laboral

Hay particularidades que identifican la actitud y los impulsos de los acosadores, entre ellas pueden identificarse características propias de su personalidad o trastornos originados a lo largo de su vida.

“Los acosadores son personas inseguras, que eligen a sus víctimas porque piensan que son una amenaza para su carrera profesional”, asegura la psicóloga forense Rocío Lorena Cox Mayorga, con Máster en Psicología Forense-Medicina legal y Ciencias Policiales.

El propósito del acosador es acabar psicológicamente con la persona a la que ve como su rival para esconder su mediocridad.

En ese sentido, el agresor convierte a la víctima en el chivo expiatorio a quien culpar por los problemas de la organización.

Normalmente, el acosador es un jefe o superior, apoyado por varios seguidores. Hay también casos en que son los mismos compañeros, de igual jerarquía, que incurren en el mobbing o acoso laboral.

Según el estudio publicado en una página especializada www.elmobbing.com, un 4 por ciento de los casos procede de un subordinado hacia un superior.

Aunque no se da en todos los casos, es frecuente encontrar en los acosadores trastornos psicológicos o personalidades problemáticas.

En el estudio se muestra que existen 11 características comunes de un agresor en el ámbito laboral.

1) Falta de empatía: El acosador no sabe ponerse en el lugar del otro. Suele ser una persona insensible, incapaz de experimentar verdaderos sentimientos de tristeza.

Simula sus sentimientos delante de los otros para manipularlos.

2) Incapacidad para las relaciones interpersonales: Suele ver al otro como una amenaza, por lo que los demás le atemorizan.

Esta situación le impide relacionarse de una manera auténtica, así que es incapaz de aprender de los demás o de compartir experiencias o sentimientos.

3) Irresponsabilidad: El acosador suele tener dificultades para tomar decisiones, por lo que suele dejar que otros las tomen por él. Curiosamente, esa capacidad de resolver situaciones que ellos mismos buscan, se convierten en una amenaza para su estatus dentro de la empresa, por lo que acaba odiando lo que él mismo buscó.

4) Carencia de culpabilidad: Estas personas niegan la realidad y atribuyen la culpa a los otros. Son incapaces de sentirse culpables y, sin embargo, son expertos en manipular esos sentimientos en los demás.

5) Mentira compulsiva: El acosador es un experto en la mentira. Rehace la visión de su vida de manera que parezca que la víctima es él para ganarse el apoyo y la confianza de los demás.

6) Megalomanía: Con sus mentiras dan una imagen de buena persona y de moralidad irreprochable, que ponen como referencia al bien y al mal.

7) Habilidad retórica: Su discurso es moralizante y tiene muchas habilidades para convencer, aunque suele ser muy abstracto.

8) Habilidades de seducción: Aparece ante los demás como persona encantadora, utilizando para ello su gran capacidad de mentir.

9) Envidia: El acosador siente una envidia intensa ante las personas que poseen cosas o características que ellos no poseen. Estas personas, además, les muestran sus propias carencias, lo que despierta su odio y su necesidad de destruir.

10) Estilo de vida parasitario: Los acosadores suelen vivir gracias a lo que los demás hacen por ellos. Buscan parejas de las que puedan vivir y en el trabajo engatusan a la gente para que haga las cosas por ellos. Buscan un estilo de vida alto y hablan siempre de personas importantes con las que se relacionan (ya sean reales o imaginarias).

11) Premeditación: El acosador no ataca de forma aleatoria sino que todo el proceso de acoso es premeditado. Para ello, primero estudia y evalúa a su posible víctima, después manipula el entorno y, por último, una vez que está seguro, comienza la fase de confrontación.

Agresores con un perfil paranoide

Detrás del acoso pueden encontrarse personalidades paranoides, narcisistas o antisociales.

El paranoico intenta imponerse mediante la fuerza y la violencia física, aunque intenta hacer ver a los demás que el atacado ha sido él. El narcisista, en cambio, es más sutil, utiliza el engaño y la seducción y su violencia es de tipo psicológica.

Es necesario brindar apoyo a quien agrede

Muchas veces, el acosador es también un agresor víctima, es decir que anteriormente sufrió el mobbing de alguno de sus superiores o compañeros.

Es por tal razón que el accionar de esta persona es más peligroso que el resto. “Él sabe lo que siente la víctima y su planificación es más agresiva”, cita la psicóloga forense Lorena Cox.


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