13 noviembre 2017

Christian Andrés Aramayo Arce “El mercado laboral paga en una proporción menor a quienes se esfuerzan por estudiar más”



Christian Andrés Aramayo Arce es un joven líder paceño que reside en Santa Cruz desde hace casi 20 años y que se destaca por sus análisis económicos, además de como disertante en temáticas de empleo juvenil, los objetivos de desarrollo sostenible e institucionalidad para el desarrollo desde organizaciones civiles y programas de formación.

Ex vocal de Desarrollo Empresarial y Empleo del Consejo Departamental de la Juventud de Santa Cruz, fue director nacional del Centro de Investigación Social de la Fundación Techo Bolivia. Actualmente es consultor del Centro de Desarrollo Humano y Empleabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas Administrativas y Financieras de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y miembro de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDSN) y la Red de Líderes para la Democracia y el Desarrollo (RELIDD).

En esta primera parte de una entrevista que le hizo CAPITALES para abordar la temática de la juventud con relación a la economía, Aramayo sostiene que una cantidad nunca antes vista de jóvenes comenzarán a demandar bienes y servicios en las ciudades del país. También denuncia que el plan urgente de empleo del Gobierno es “un fracaso” y advierte de la posibilidad de que tener una “generación frustrada”.

Menciona las que, según su criterio, son las barreras a sortear para posibilitar el acceso de los jóvenes a la economía formal, habla del trabajo de los consejos departamentales de la Juventud en el país y, en particular, en Chuquisaca y, por otro lado, señala con preocupación que el salario medio real del sector privado nunca ha vuelto a los niveles de marzo de 2004.

El próximo martes, Aramayo se referirá, entre otros temas, a la participación de los jóvenes bolivianos en los objetivos globales de desarrollo sostenible y al concepto de “institucionalidad para el progreso económico”.

CAPITALES (C). En un artículo tuyo dices que “los jóvenes somos más del 35% de los desempleados del país y los menores de 29 años más del 60% de la población boliviana”. ¿Por qué este será “el tema de corto plazo constante durante los próximos 20 años”?

Christian Aramayo (CA). Cuando uno observa los fenómenos de la historia económica, uno debe partir por cuatro parámetros o grupos de variables: demografía, recursos, tecnología e instituciones. En este sentido, cuando observamos lo que ocurre en esos parámetros en Bolivia, estamos hablando de que vivimos un momento muy interesante: una cantidad nunca antes vista de jóvenes comenzarán a demandar bienes y servicios en las ciudades de Bolivia, entre ellos empleo, y lo harán en el marco de la cuarta revolución industrial.

Lo prudente, entonces, es que se genere empleo de calidad y oportunidades de emprendimiento aprovechando las ventajas de la globalización; sin embargo, la última década ha sido catastrófica en términos de resultados para la generación de empleos y empresas de calidad. El salario promedio del sector privado, ajustado a la inflación, no ha vuelto a los niveles de marzo de 2004.

C. ¿Cuáles son los principales problemas y/o necesidades de los jóvenes bolivianos en materia económica?

CA. Un problema muy serio se encuentra en que la tasa de retorno por cada año adicional de educación es menor al anterior. Esto se traduce en que el mercado de la educación está tan intervenido por el Estado y las corporaciones políticas, que el comportamiento del mercado laboral es irracional: en vez de ganar cada vez más por cada título adicional de especialización, el mercado laboral boliviano paga en una proporción menor a quienes se esfuerzan por estudiar más.

Otro problema fundamental se encuentra en la promoción de una cultura de desconfianza e incertidumbre; esto es determinante y está asociado a lo anterior. En un clima de desconfianza, el mercado tiende a ser ineficiente y en desconfianza, el Estado incrementa sus costes desproporcionalmente. Una juventud que no confía en mejorar es una juventud que está llevando al fracaso a todo el país. Bolivia no es el caso y es un problema porque muchas autoridades gubernamentales se esfuerzan en hacer lo contrario.

C. ¿El gobierno de Evo Morales tiene políticas concretas para atender esos problemas? ¿Cuál es el impacto de las políticas económicas en la juventud?

CA. En esta materia, el Gobierno insiste en aplicar modelos mercantilistas del siglo XVIII, ignora más de 4.000 años de historia económica de control de precios (el salario mínimo es un precio) y si observamos el nivel del debate de desarrollo del Gobierno, nos encontramos con que su propuesta económica es, en el mejor de los casos, una emulación del desarrollismo de principios del siglo XX, cuando algo elemental en el debate mundial es el desarrollo sostenible y la pobreza multidimensional.

En este marco, por cada incremento salarial excesivo y por cada doble aguinaldo, cada vez más jóvenes no pueden encontrar un trabajo de calidad y hay más microempresas que cierran. Su plan urgente de empleo es un fracaso. La línea discursiva del Gobierno tiene como resultado la posibilidad de generar una generación frustrada, que no encuentra trabajo ni puede abrir una empresa formal. Incluso en el Estado abundan las consultorías en línea porque es muy caro contratar. Cabe mencionar que en un reciente estudio se demostró que, en Bolivia, estos incrementos salariales afectan más a las mujeres.

C. ¿Qué barreras se debe sortear por el acceso de los jóvenes a la economía formal?

CA. Los trabajadores del sector privado ganan menos que hace 13 años. Hace décadas que no teníamos incrementos salariales ni beneficios corporativos por decreto tan altos como en la última década y, como la historia económica ya lo advertía, el salario medio real del sector privado de Bolivia nunca ha vuelto a los niveles de marzo de 2004.

Se deben reducir los costes de transacción del mercado laboral. La principal barrera es la información, que ha sido paulatinamente solucionada por el impacto de la cuarta revolución industrial en la forma de comunicarnos, aunque se deben realizar mayores esfuerzos en vincular a las localidades con mayores dificultades.

Las otras barreras han sido los costes elevados de contratación —como el doble aguinaldo y los incrementos salariales— pero, además, los costes en los que incurren los trabajadores por ser formales (trámites impositivos, principalmente).

C. ¿Cuál es el rol que desempeñan los consejos departamentales de la Juventud en el país?

CA. Los consejos departamentales son un espacio organizacional muy importante porque generan redes de trabajo, representatividad para la incidencia pública y apoyo en su conjunto para la juventud, es decir para generaciones futuras. Al ser la confianza y la información elementos determinantes para el desarrollo, la generación de contactos con fines similares coadyuva en acelerar estos procesos.

C. ¿Qué incidencia tienen en Chuquisaca?

CA. En Chuquisaca están trabajando fuertemente la Red de Líderes para la Democracia y el Desarrollo (RELIDD), con debates abiertos y discusión de trabajos de investigación. Sin embargo, cada región es muy diferente en la dinámica juvenil y por ello es inevitable el proceso de descentralización y autonomías.

De 2014 a 2015, la pobreza extrema en el área urbana en 8 de los 9 departamentos se vio incrementada, y Chuquisaca ha tenido el tercer incremento más grande de pobreza extrema. Una de las prioridades a atender tiene que ser Chuquisaca.

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