Ayer el presidente Evo Morales manifestó su deseo por aumentar en una hora más la jornada laboral en el sector público, sin embargo de acuerdo a la explicación del abogado laboralista, Marcos Ramos, es inviable dicha modificación, porque va en contra de una norma internacional emanada de la Organización Interamericana de Trabajo (OIT).
Ramos señaló que no existe forma de modificar la normativa de la OIT y para que ocurra aquello se debe modificar la Constitución Política del Estado (CPE), ir a referéndum o realizar una asamblea constitucional, “el deseo del Presidente es imposible”, expresó.
En caso de que pretenda modificar las horas de trabajo estaría faltando a un derecho ya establecido.
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos de la Central Obrera Boliviana (COB), Vladimir Escobar, aseguró que la entidad matriz de los trabajadores aún no evalúo el anuncio del Presidente y el comité ejecutivo aún no tiene una posición al respecto, sin embargo anunció que en los próximos días el tema será analizado por una comisión.
Este medio consultó al Ministerio de Trabajo para conocer una versión oficial al respecto, sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se logró una respuesta sobre el tema.
El Presidente manifestó ayer su deseo por el aumento de una hora más a la carga laboral, pese a ello aclaró su respeto a la Ley General de Trabajo (LGT), la cual dispone ocho horas diarias de trabajo.
“Yo no sé, a veces digo: Quisiera que los obreros o los servidores públicos, quisiera que aumenten a las ocho horas, una horita más. Cómo serían los resultados para nuestra querida Bolivia. Claro, hay normas que se respetan, la Ley General del Trabajo”, afirmó en un acto en la ciudad de Sucre.
Después justificó su posición con el siguiente argumento: “A mí me molesta, porque uno se saca la mugre y otros feliz ahí jugando ajedrez, llenando crucigramas, hermanas y hermanos, hay que pensar en Bolivia”.
En la Ley General de Trabajo establece que “la jornada efectiva de trabajo no excederá de 8 horas por día y de 48 por semana”, mientras que la jornada nocturna “no excederá de 7 horas, entendiéndose el trabajo nocturno, el que se practica entre horas 20.00 y 06.00 de la mañana”.
Las ocho horas de trabajo se consiguieron producto de luchas de los trabajadores. Sindicatos comenzaron la larga lucha por conseguir una jornada laboral de 8 horas, huelgas e incluso masacres tuvieron que suceder para que la idea finalmente fuera aceptada en 1919 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
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