Cientos de niños trabajan para ayudar a sobrevivir a sus familias, sacrificando sus estudios en algunos casos, inclusive muchos de ellos lo hacen sin que sus padres se enteren, con el fin de colaborar económicamente a sus seres queridos.
Son muchos los casos de menores de edad que día tras día salen a las calles de la urbe paceña a trabajar en diferentes rubros, soportando las inclemencias del tiempo, exponiéndose a múltiples peligros e inclusive sacrificando su formación escolar.
Uno de los casos es el de Elizabeth (nombre ficticio), de once años, trabaja de ambulante desde hace un año atrás en la venta de chicles, en calles céntricas de la ciudad de La Paz, sin consentimiento de su mamá, puesto que no le permite trabajar, pese a ello continúa haciéndolo para ayudarle a su mamá con los gastos de la casa.
La menor cuenta que trabaja también para ayudar a su hermana, la cual se encuentra con problemas de salud. Refirió que durante la semana se ahorra de sus recreos para comprar una bolsa de chicles y salir a venderlos, mientras su mamá ocupa su tiempo como trabajadora del hogar.
Otro de los casos es el de Sebastián (nombre ficticio), de ocho años, que trabaja en la venta de dulces en buses, argumentó que lo hace por falta de dinero, que a su mamá le hace falta para pagar los servicios de su hogar. Dijo que su trabajo a veces se torna complicado, porque en algunas ocasiones lo confunden con un “maleante”.
Contó que al momento de abordar los buses, cuando lo ven, guardan sus celulares, agarran sus carteras; hay personas que no le colaboran, prefieren guardar sus billeteras. A su corta edad, el menor dijo: “Me siento mal cuando veo eso, porque me esfuerzo por ganarme la vida honradamente, sin hacer daño a las personas”.
Al mismo tiempo, manifestó que su sueño es ser contador de un banco para ayudar a su mamá, y dio el mensaje a los niños trabajadores que “continúen esforzándose, que no vayan por mal camino, que sean honestos, que no consuman bebidas alcohólicas y menos recurran a robar; les deseo buena suerte”, concluyó.
Los niños compartieron sus experiencias en el contexto del agasajo realizado por la Cooperación Holandesa ICCO, con sus proyectos Manq‘a y Ecomalva, que promueven una alimentación saludable, con el apoyo del Gobierno Autónomo de La Paz. El agasajo a los niños trabajadores consistió en ofrecerles un desayuno nutritivo, además de divertir su mañana con juegos entretenidos.
El objetivo de tal evento fue el de reconocer y festejar a los niños y niñas trabajadoras de la calle; desde lustrabotas hasta vendedores compartieron experiencias con una propuesta saludable y entreteniéndose en las instalaciones del parque y el Museo Pipiripi.
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