El crecimiento acumulado del Producto Interno Bruto (PIB) de julio de
2018 a junio de 2019 alcanzó a 3,38 por ciento, un porcentaje
insuficiente para otorgar este año el segundo aguinaldo a los
trabajadores asalariados del país.
La información la dio ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE),
que reconoció que el bajón se debe, sobre todo, a la caída del petróleo
crudo y gas natural en 20,11 por ciento, con una incidencia negativa de
1,07 por ciento en el PIB. “Básicamente, viene explicada por el mal
rendimiento del mercado externo a nivel internacional. Ha incidido que
Brasil y Argentina demanden menos gas”, dijo el director del INE,
Santiago Farjat.
Dos economistas consultados por este medio, José Luis Evia y Gabriel
Espinoza, coinciden en que el anuncio es coherente con la realidad
económica del país, y advirtieron que son señales de la desaceleración
de la economía nacional.
Sólo en lo que se refiere al segundo trimestre de 2019, el crecimiento fue de 3,13 por ciento.
Según el INE, las actividades de mayor incidencia, es decir, aquellas
que aportan más en su crecimiento al segundo trimestre de 2019 fueron:
agropecuaria con 1,01 por ciento, servicios financieros con 0,71 e
industria manufacturera con 0,66 porcentuales.
Al otro extremo está el rubro de hidrocarburos. De enero a junio de
este año, Brasil y Argentina dejaron de comprar 22,45 y 19,93 por
ciento, respectivamente.
Estas cifras han derivado en el señalado 3,38 por ciento, que se
constituye en el porcentaje más bajo de las mediciones trimestrales que
se establecen para el pago del segundo aguinaldo desde 2013. Antes, sólo
el tercer trimestre de 2017 había registrado 3,78 por ciento.
“Era previsible. La caída de las exportaciones de gas tiene un efecto
muy fuerte en la economía nacional. Es un costo muy elevado”, dijo el
economista José Luis Evia, quien ya antes había calculado la contracción
de este rubro, lo que repercutirá no sólo en el pago del segundo
aguinaldo, sino también en el crecimiento económico de los próximos
años. Evia, en un estudio anterior, proyectó que Bolivia sube
peligrosamente su deuda externa y baja las reservas internacionales
netas.
Por su parte, el economista Gabriel Espinoza, indicó que el bajón en el
crecimiento del PIB se debe a la caída de las exportaciones de gas,
pero también a la desaceleración de la construcción, el sobrestocamiento
de productos no acomodados en el mercado y la caída de las inversiones
privadas (nacionales y extranjeras), pese a que la inversión pública ha
sido mayor.
Según Espinoza, la situación va más allá del pago del segundo
aguinaldo, pues devela una vez más que la economía boliviana depende en
extremo de los hidrocarburos, y que es necesario replantear el modelo de
crecimiento económico.
“Este modelo depende mucho de las condiciones externas y de los
equilibrios macroeconómicos, y trata de inflar el crecimiento a partir
de endeudamiento para la inversión pública, algo que no está dando
resultados positivos”, explicó.
NO SE LOGRÓ EL MÍNIMO DE 4,5%
El Decreto Supremo 1802 instituye el Segundo Aguinaldo “Esfuerzo por
Bolivia” para los servidores públicos, trabajadoras y trabajadores del
sector público y privado del Estado Plurinacional, que será otorgado en
cada gestión fiscal, cuando el crecimiento anual del PIB, supere el 4,5
por ciento.
Desde entonces, el beneficio se pagó en las gestiones 2013, 2014, 2015
y 2018, mientras que no se hizo efectivo en 2016 y 2017. Nuevamente se
lo excluirá en 2019.
ANÁLISIS
Gabriel Espinoza. Economista.
El modelo de crecimiento no funciona y hay que replantearlo
Hay una caída de más de 1,5 por ciento respecto al mismo período del
año pasado, realmente grande. La mayor causa es la contracción de los
hidrocarburos. Es muy preocupante porque devela una vez más la
dependencia de la economía boliviana de este rubro, algo que el Gobierno
ha tratado de negar por todos los medios.
También está la construcción, en el período anterior creció 6,5 por
ciento, pero en este último sólo 2,2 por ciento, cifra muy baja pese al
impulso que intentó darle el Gobierno con la inversión púbica.
En el lado del consumo llama la atención los productos que no se han
podido vender y se han acumulado en 31 por ciento. Esto junto con la
caída de importaciones y baja inflación sugieren que las empresas no
están vendiendo lo suficiente.
Otro problema es la caída de inversiones. En el anterior período, había
crecido 9,5 por ciento, pero en el último se contrae en 0,5 por ciento.
Si la inversión pública ha seguido en alza, la inversión privada,
nacional y extranjera han sido menores, por el clima de inestabilidad
social y falta de confianza en las instituciones.