En este 2017, el número de indigentes incrementó en ciudades grandes de Bolivia como en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. El panorama no es diferente en El Alto, donde el aumento de grupos de personas de diferentes edades y género que deciden vivir en condición de calle, como resultado de sus adicciones, sea al alcohol, inhalantes o drogas; alerta a las autoridades y a la ciudadanía en general.
En esta ciudad, la Intendencia Municipal a cargo del capitán Israel Marca, busca atenuar esta problemática, toda vez que la mayor parte de estas personas son jóvenes, adolescentes y menores.
Según explicación de la Intendencia, una de las características de estos grupos es que se dedican a la prostitución callejera y clandestina como una actividad normal, lo que genera alto riesgo para la salud pública, al confirmarse que al menos el 60% , a la larga, contrae con mayor facilidad el VIH-Sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
Una de las medidas que tomaron las autoridades alteñas fue proceder a la clausura de alojamientos que son utilizados como lenocinios clandestinos y lugar donde estas desafortunadas personas son llevadas por depravados para consumar los más deplorables actos inmorales, aprovechando su necesidad de ganar dinero con su cuerpo.
EL DIARIO realizó un recorrido junto con el responsable de la Intendencia, por los lugares donde se percibe de manera más sensible esta problemática social.
Uno de los sectores es el pasaje Tiwanaku y las calles adyacentes al Reloj en la Ceja, donde se ubican cerca de cinco a siete alojamientos. Muchachas entre 16 a 19 años quienes constantemente inhalan tinner, fuera de estar al pendiente de mantener el frasco de este componente químico cerca de sus fosas nasales, buscaban la manera de poder conseguir “clientes”, con la finalidad de lograr cerca de Bs 50 a 40 para mantener no solo su vicio, sino para obtener un lugar donde dormir en una cama.
Ellas caminan en grupos de tres a cuatro, varones corrompidos, que en buena parte también inhalan clefa, se muestran pendientes de sus recorridos, haciendo la tarea de “protegerlas” y sobre todo alertarlas, en caso de evidenciar la presencia de funcionarios policiales, con la finalidad de evitar el decomiso de sus frascos de tinner y arrestos.
La actividad realizada para evidenciar que las adolescentes son quienes actúan por su propia voluntad, tuvo que ser lograda de forma encubierta, para evitar que ellas huyan del lugar donde habitualmente se concentran para realizar la actividad de ofrecer servicios sexuales.
Solo por algunos momentos suspendieron sus obligaciones, cuando un grupo de funcionarios policiales, que realizan patrullaje diario, evidenciaron esa presencia de trabajo clandestino a plena luz del día.
Lo primero que se hizo fue requisarles las pertenencias, para descartar que eran comercializadoras de tinner; al descartarse esa posibilidad, solo fueron retiradas del sector.
El efecto del operativo no duró ni una hora, porque nuevamente las adolescentes retomaron la calle.
REGISTROS
De acuerdo a los registros estadísticos la Fundación “Munasim Kullakita” presentados por su director Ariel Ramírez en este 2017 se observó un incremento de niños y niñas desde los 8 a 12 años quienes deciden vivir en condición de calle.
Ramírez informó sobre un incremento de estos grupos en 40% respecto con la gestión 2016.
Mientras que adolescentes entre los 13 a 17 años en condición de calle, a la fecha llegan a 213 que se dedican a actividades ilícitas.
En total, solo en la ciudad de El Alto, las personas que viven en condición de calle llegan a 401. Muchos de ellos no solo reducen las posibilidades de sus vidas, como resultado del consumo de alcohol, tinner, sino por el terrible riesgo de contraer VIH sida.
A este registro se suman los datos proporcionados por el director de Crvir/ITS-VIH-Sida, Benjamín Cutipa Quispe, quien confirmó un incremento de este mal que en el año que acaba fue de 22% en El Alto.
La enfermedad afecta a grupos sociales que para tener relaciones sexuales, no hacen uso de del condón y una vez que evidencian que están infectados, tampoco asumen su tratamiento, agudizando su condición de salud y expandiendo la enfermedad en grupos de jóvenes entre los 15 a 24 años. El 60% de menores en condición de calle se dedican a la prostitución clandestina.
EL DIARIO, junto con la Intendencia Municipal de El Alto, comprobó que grupos de menores y adolescentes en condición de calle y que se dedican a la prostitución, no tienen registro sanitario y no hacen uso de condón, al momento de asumir la actividad.
De acuerdo al capitán Israel Marca esta situación es la que hace que se expanda el VIH-Sida. La problemática va en curva ascendente para los próximos años, en caso que las autoridades de Salud no tomen en cuenta esta alerta.
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