24 agosto 2012
Baja la oferta de trabajadoras del hogar a tiempo completo
“Desde mi punto de vista hay una crisis del trabajo del hogar. Primero, las empleadoras no hallan mujeres que quieran trabajar; hay menos oferta y muchas se han dedicado al comercio; el otro factor es la migración al extranjero”, dice la socióloga Aida Rivadeneira.
El criterio de la investigadora se funda en el estudio Percepción social de empleadoras acerca de trabajadoras del hogar en la ciudad de La Paz, que realizó junto a María Ángela Riveros, y que evidencia esta adecuación en el trabajo asalariado en el hogar.
Coincide con ello el investigador Bruno Rojas, del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), que lo atribuye a que “el trabajo doméstico es un oficio en tránsito, vale decir, que muchas empleadas ejercen determinado tiempo y, una vez que adquieren alguna experiencia, cambian de actividad”.
La secretaria ejecutiva de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Bolivia (Fenatrahob), Prima Oxa, reconoce que existe una reducción de la oferta laboral en este rubro y detecta dos motivos: que muchas empleadoras prefieren evitar las cargas sociales que fija la Ley 2450 del Trabajo Asalariado del Hogar, promulgada en 2003 en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
La otra razón, agrega, es que otro grupo de mujeres prefiere ejercer el oficio por horas. “Hay empleadoras que vienen a la oficina o llaman a la línea gratuita y ya no hay trabajadoras del hogar. Antes íbamos a la avenida Camacho en busca de trabajo, pero ahora pocas van porque muchas se dedicaron a otras actividades, como el comercio o han formado sus hogares y no quieren trabajar “cama adentro” (dentro del hogar seis días a la semana); sólo desean hacerlo por horas”, detalla Ana María Guarachi, exsecretaria de Relaciones de la Fenatrahob.
Se calcula que en Bolivia hay 137 mil trabajadoras del hogar, pero apenas el 1% está afiliado a la Fenatrahob, por tanto se desconoce con exactitud cuántas optan por la jornada laboral completa y qué número le dedica únicamente horas a esta actividad.
La Razón verificó que en la Av. Camacho esquina Bueno hay mujeres que ofrecen servicios doméstico por horas. Desde tempranas horas de la mañana esperan clientes e incluso llevan consigo guantes, cepillos y otros enseres que utilizar ocasionalmente. Sólo las lavanderas están organizadas en la Asociación Siempre Unidas. El resto, silenciosas y esquivas, prefiere no opinar sobre su trabajo y se para una media cuadra más arriba que las antiguas.
“A las señoras les pedimos que tengan cuidado. Cuando necesiten una lavandera, hay que pedir la credencial. La Asociación Siempre Unidas fue creada el 5 de febrero hace varios años, somos 97 afiliadas”, dice Rufina Velarde, quien ejerce el oficio hace 20 años, labor que le permitió criar a seis hijos. “Buscan ‘cama adentro’, pero no, ¡cómo vamos a abandonar a las wawas pues!”.
“De aquí salimos a hacer de todo. Lavamos ropa, platos, limpiamos, cocinamos, pelamos papa en los restaurantes”, añade Elena Quispe, quien también prefiere trabajar medio tiempo. “Tenemos familias, es por eso. Yo tengo cuatro hijos, dos grandes y dos pequeños, y hay que mantenerlos”, subraya.
Sólo por la limpieza, que se hace en media jornada, cobran un promedio de Bs 60.
Otra causa que explica este fenómeno es la emigración. “56 de cada 100 personas que han migrado a España son mujeres y la mayoría ingresó al mercado doméstico, ya sea en limpieza o cuidado de ancianos; sus salarios oscilan entre 500 a 800 euros al mes (de 616 a 986 dólares), que sin duda es mayor al que pueden ganar en Bolivia”, subraya Bruno Rojas, quien además expresa que algo similar sucede en Argentina y Brasil donde la gente se va a trabajar en el sector de la confección.
En su investigación, Rivadeneira establece que para las empleadoras son importantes las cualidades de las trabajadoras del hogar. “Antes se solía contratar a trabajadoras múltiples (dedicadas a cocinar, lavar, limpiar, planchar), ahora algunas empleadoras prefieren contratar los servicios de una empleada con tareas específicas sólo por horas y por días”.
El estudio también muestra que entre las prioridades de las amas de casa está la cocina; aquellas con hijos mayores hacen hincapié en las labores de limpieza y quienes tienen hijos pequeños prefieren contratar niñeras.
La legislación vigente
Las trabajadoras del hogar están respaldadas por la Ley 2450 de Regulación del Trabajo Asalariado del Hogar, que obliga al empleador a pagar un salario mínimo (Bs 1.000 actualmente), indemnización en casos de despido, seguro de salud, vacaciones, aportes de jubilación, diez horas de trabajo y bono de transporte, entre otros beneficios. “Debido a eso, muchas empleadoras ya no quieren contratar empleadas”, afirma Oxa.
En junio de 2011, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprobó el Convenio 189 sobre el “Trabajo decente para trabajadoras y trabajadores domésticos”, con carácter vinculante a los estados miembros. Las trabajadoras piden incorporar los alcances del convenio en la legislación boliviana.
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