13 septiembre 2018

“El problema del doble aguinaldo es que se va al consumo y no a la inversión”



La semana pasada, en la primera parte de esta entrevista, Iván Velásquez-Castellanos, compilador del libro “Un siglo de economía en Bolivia”, publicado por la Fundación Konrad Adenauer Stiftung (KAS), nos decía que los bonos solamente sirven para el corto plazo.

“En el largo plazo, no podemos seguir dando bonos porque se nos acaban”, remarcaba Velásquez. “Entonces, hay una alta probabilidad de que esas personas que han salido de la pobreza extrema puedan volver a ella”, alertó a continuación.

El economista que atendió los requerimientos periodísticos de CAPITALES en una visita fugaz que hizo a Sucre, ahora, profundiza en la cuestión de los bonos, se refiere a los problemas de la pobreza y la desigualdad, y, entre otros temas, emite su opinión acerca de la polémica por el doble aguinaldo.

CAPITALES (C). ¿Qué es más complicada, la pobreza o la desigualdad?


Iván Velásquez (IV). Ambos son problemas estructurales no resueltos en Bolivia, pero la desigualdad es una problemática superior a la de la pobreza. Esta afecta a una proporción de la población (según el INE, 48%), pero la desigualdad abarca al universo de los bolivianos, a la totalidad. Por eso es que la desigualdad es más negativa, desde mi punto de vista, que la pobreza.

Hemos visto que a lo largo de 115 años hemos tenido cuatro ciclos de bonanza: 1908-1920; 1921-1929; 1973-1981; y 2008-2015. Pero hemos verificado que el ciclo de bonanza ha estado asociado al ciclo de endeudamiento externo: de la misma forma que hemos recibido algo ingresos, también nos hemos endeudado.

Se ve que en épocas de bonanza solamente el sector terciario se favorece. ¿Qué es el sector terciario? Para el último periodo es comercio, es el sistema bancario; los bancos han ganado mucho y los comerciantes, los contrabandistas, se han enriquecido porque este ciclo de bonanza, al no tener un sector de economía diversificada, con empresas nacionales productoras, nos dedicamos simplemente a importar y a contrabandear productos que nos llegan del exterior. Estos favorecidos por un tipo de cambio fijo en los últimos 15 años que hace que nuestras exportaciones sean caras en el exterior, pero las importaciones sean baratas. Y absolutamente todas las cosas que uno viste son importadas, especialmente, de China. Y nos hemos vuelto una sociedad consumista.

Al no haber roto la dependencia de la generación de ingresos en el sector primario, es decir, minerales e hidrocarburos, estos dos sectores son intensivos en tecnología, en capital, pero generan muy bajo empleo y muchos economistas dicen que la mejor política para reducir la pobreza en un país es dando un empleo sostenible a un pobre. Al no tener una industria diversificada, empresas, etc., no tenemos la capacidad de generar empleos y nos convertimos, básicamente, en una sociedad consumista de productos importados de contrabando.

C. ¿Qué recomienda, como economista, en la cuestión de los bonos? ¿Cuál es la alternativa?

IV. La alternativa es tratar de mirar otros sectores que generen empleo, fomentar la diversificación, el emprendimiento privado, y también apoyar la generación de empleo en sectores no tradicionales. Una de las cosas que hay que darles de mérito a los neoliberales es que en los 90 crearon políticas de competitividad a partir del tipo de cambio real y flexible, generaron cadenas de competitividad e identificaron sectores importantes de exportación. Rompieron con esa tradición de exportaciones tradicionales.

En la estructura de exportaciones de los 90, el 50% eran tradicionales (minería e hidrocarburos) y el otro 50% eran no tradicionales (textiles de algodón y alpaca, manufacturas de madera, café, torta de soya, quinua, etc.). Algo importante porque generan empleo, redistribuyen ingreso, etc. Entonces, una de las recomendaciones: los bonos no son para el largo plazo, en algún momento ante la caída de nuestros ingresos se van a tener que cortar y la mejor alternativa es tratar de generar empleo sostenible a partir de la diversificación de los sectores productivos de la economía.

C. ¿El doble aguinaldo es una política tendiente a reducir la pobreza o más bien resulta inconveniente?

IV. El doble aguinaldo o el dotar más ingreso al agente económico individual es una política de redistribución del ingreso que está bien, eso es positivo. Pero si lo vemos desde el punto de vista de que Bolivia no tiene una estructura de producción nacional fuerte, yo, que recibo mi doble aguinaldo, voy a ir a los mercados informales a comprar productos de contrabando. O sea, todo el ingreso que yo reciba se va a ir al consumo y no a la inversión.

C. Con respecto a la deuda externa, Napoleón Pacheco dice que nos endeudamos cuando caen los precios de las materias primas. ¿Qué es lo ideal para endeudarse? ¿Es necesario si tenemos buenos ingresos por los commodities? A lo largo de la historia, hemos hecho buen uso o mal uso de esta herramienta económica?

IV. Yo creo que hemos hecho mal uso en el tema del endeudamiento. Hay una relación estrecha entre los auges de precios de las materias primas y los ciclos de endeudamiento externo. En la medida en que Bolivia recibía más dinero, las entidades multilaterales veían que teníamos más dinero y podíamos pagar; nos han ofrecido muchas veces tasas preferenciales de créditos y muchos créditos bajo ese, entre comillas, pronto pago. Pero lamentablemente los compromisos de pago se dieron en etapa de no bonanza, es decir, cuando ya no teníamos los suficientes ingresos, teníamos que pagar las deudas.

La relación auge-endeudamiento es altamente negativa desde mi punto de vista. Ahora, ¿qué lo lógico que se debería hacer? Todos los ingresos que teníamos por la bonanza y de ciclo expansivo de la economía deberían destinarse a la inversión. Lamentablemente, en muchos casos el endeudamiento que ha recibido Bolivia ha sido destinado al consumo, a malas inversiones que no han funcionado o a obras de infraestructura que no han servido para el desarrollo y el crecimiento de los bolivianos; es decir, al despilfarro. Entonces, eso ha afectado negativamente a la economía y va a seguir afectando en la medida que se presente la misma orientación de política pública.

C. ¿El tipo de cambio del dólar debe ser fijo o flexible?

IV. En realidad, hay dos visiones. Las de aquellas economías que asumen el tipo de cambio fijo y las de aquellas que proponen el flexible. A lo largo de la historia hemos visto que en 1984, el (decreto supremo) 21060 establece la flexibilidad del tipo de cambio, rompiendo el tipo de cambio fijo de años anteriores. Es pendular este tema.

Ese tipo de cambio flexible a través de minidevaluaciones de crawling peg … si la política del Gobierno es apoyar al sector empresarial y al exportador, fomentaron una competitividad a partir del tipo de cambio real, para que nuestra canasta de productos pueda ser exportable a precios baratos y, por otro lado, encarecer las importaciones. Y eso dio ayuda al sector empresarial, se incrementaron las exportaciones de manera dinámica.

En la actual coyuntura, estamos en un tipo de cambio fijo que ha anclado las expectativas de inflación, que es algo positivo, pero de alguna manera está penalizando lo que no tenemos, eso no está permitiendo la diversificación de la economía, encareciendo las exportaciones y abaratando las importaciones. Así, estamos inundados de productos que nos vienen del exterior, penalizando los esfuerzos del sector empresarial por exportar.

C. ¿Es posible prever que esta etapa de desaceleración económica que atravesamos vaya a prolongarse por algún tiempo más o que podamos revertirla?

IV. Lamentablemente no depende de nosotros, sino del sector externo. Básicamente, las bolsas internacionales fijan los precios del petróleo y, como bolivianos, somos tomadores de precios. Históricamente vemos que hay aumentos de los productos que exportamos, hay exportaciones interesantes, hay bonanza. Caen los precios, hay recesión, hay desaceleración de la economía.

Si formáramos un sector empresarial fuerte, si diversificáramos la economía con manufactura de valor agregado, son menos sensibles a las variaciones de precios y básicamente ya no estaríamos afectados por esos procesos de recesión y desaceleración.



Se ve que en épocas de bonanza solamente el sector terciario se favorece. ¿Qué es el sector terciario? Para el último periodo es comercio, es el sistema bancario; los bancos han ganado mucho y los comerciantes, los contrabandistas, se han enriquecido porque este ciclo de bonanza, al no tener un sector de economía diversificada”

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