En realidad no es considerado trabajo como tal, según el mismo pénsum académico de muchas universidades, simplemente se trata de las prácticas universitarias. Sin embargo, la realidad es otra. El compromiso y la responsabilidad que se debe asumir a la hora de iniciar este tipo de actividades es la misma que cuando se inicia en un nuevo empleo; como si se tratara del primer trabajo.
Las consideraciones de los docentes apuntan al desempeño del estudiante en aula, se toman en cuenta factores como la puntualidad, honestidad, respeto, responsabilidad y otros valores, que bien pueden resaltar en lo laboral como en lo académico. Aunque no está de más remarcar que son dos ámbitos completamente distintos, que a pesar de las buenas condiciones que presente el universitario, esto no garantizará el éxito en sus prácticas empresariales.
De ahí que también surgen consejos claves como la formación ‘extracurricular’, aprender otro idioma, saber sobre informática sin importar la carrera que se estudie, estar constantemente informado en el área que se prevé desempeñar y por supuesto, aplicar el sentido común en situaciones que lo amerita.
Hay que subrayar que más de un centenar de casos dan cuenta que, universitarios que iniciaron con simples prácticas han escalado a paso firme en grandes entidades e incluso consolidaron su propia empresa.
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