Los menores de 20 años se ven obligados a someterse a deficientes circunstancias de empleo por la necesidad de ganar dinero.
En general, las primeras experiencias laborales frustran a los jóvenes menores de 20 años por las malas condiciones que se les plantea, como la carga horaria y una remuneración inadecuada, según Rodrigo Aguilar, director ejecutivo de la fundación Ser Familia.
Dos frustraciones. El experto dice que, en general, los padres que no pudieron terminar una carrera universitaria esperan que sus hijos lo hagan y los presionan para que continúen sus estudios. Sin embargo, la necesidad económica lanza a los jóvenes, incluso desde la etapa estudiantil, a buscar una fuente de ingresos para apoyar la economía familiar.
De esta manera, al quebrar las expectativas de la familia, los jóvenes hallan una primera desilusión, ya que por la necesidad de trabajar, dejan de estudiar (actualmente existe un ocho por ciento de deserción escolar, según Aguilar) o siguen una especialidad técnica.
“Existe una desvalorización de la formación técnica, la gente cree que no es suficiente. Este concepto es muy fuerte en la sociedad boliviana y va en contra de la situación social”.
La segunda frustración llega con el desempeño del empleo. Horarios extensos de trabajo, condiciones inadecuadas o insalubres, bajos sueldos, el manejo de cargas pesadas y el maltrato verbal o psicológico son características comunes en los empleos que el mercado ofrece a los menores de 20 años.
La falta de experiencia suele ser la causa principal por la que los chicos y chicas suelen tomar estos trabajos, situación que empeora si se trata de inmigrantes del área rural, incluso si terminaron su bachillerato, afirma Aguilar.
Experiencias con la familia. En el caso de los varones, explica el experto, al cumplir los 20 años ya tienen un promedio de tres o cuatro empleos por los que pasaron. En el caso de las chicas, el número de experiencias laborales es de entre dos y tres.
Sin embargo, entre estas oportunidades de trabajo, se cuentan las que desempeñan dentro de su hogar, al ayudar en la tienda, el puesto de venta o el taller.
También está el subempleo, que ofrece las peores condiciones. “Entonces, al llegar a los 20 años, el joven está frustrado y a veces incluso ya tiene familia e hijos, lo que le recarga responsabilidad, y en esas condiciones se está enfrentando al futuro”.
Desde hoy hasta el miércoles, se realizará el foro internacional “Empleo juvenil, realidades y retos”, en el hotel Calacoto, en el que instituciones estatales y privadas analizarán esta problemática presente en la sociedad boliviana.
60.000 jóvenes bolivianos fueron capacitados en cinco años, para mejorar sus condiciones de trabajo.
La tasa de desempleo en bolivia alcanza a un 12%, según una fundación, aunque se estima que en el caso de los jóvenes, éste llega al 15 por ciento. en las estadísticas, sin embargo, no figuran el trabajo temporal ni el subempleo.
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