En Bolivia los porcentajes de población en edad de trabajar y los correspondientes a la población económicamente activa son muy altos, de 1990 a 2007 los primeros están cercanos a 70%. La PEA en esos mismos años estaba entre 64% y 66%. Interesa relievar la diferencia de porcentajes entre la PEA urbana y la PEA rural. La PEA urbana varía entre 57% y 58%, en tanto que la PEA rural fluctúa entre 76% y 81%; eso quiere decir que hay una brecha entre ambas de más de 20 puntos porcentuales. Quiere decir que en el ámbito rural la gente que entra a la población económicamente activa lo hace a una edad más temprana, para trabajar fundamentalmente en actividades agropecuarias. Ese ingreso a trabajar a edades tempranas se correlaciona con una importante deserción escolar; si bien la cobertura escolar rural en primaria es alta, no sucede así en la secundaria, y lo grave es que los jóvenes rurales no acaban la secundaria.
Si la agropecuaria tiene un peso cercano al 13% ó 15% del PIB nacional, eso convierte a ese sector en uno de los más importantes de la economía. Pero su importancia es mucho mayor desde la perspectiva del empleo. Entre los años 1999 al 2007, la agropecuaria explica entre el 36% y el 40% del total del empleo en el país, sobre sus espaldas está volcada la temática ocupacional. Hablamos fundamentalmente del autoempleo campesino y no de la presencia dominante de trabajo asalariado. En Bolivia, al hablar de empleo normalmente la referencia es el trabajo asalariado, pero no se para mientes en que, en términos de empleo, en el país lo que interesa es también el empleo no asalariado, ése que está inmerso dentro de centenas de formas de informalidad. No se olvide que el empleo informal cubre a más del 70% de la población. Y, claro está, la actividad rural no sólo interesa porque se refiera a la producción de alimentos, sino también, y fundamentalmente, porque es la clave del empleo en el país.
Las explotaciones minera e hidrocarburífera, generadoras de divisas, sectores en los cuales se basa el desarrollo económico y las exportaciones, no explican más allá del 2% de la ocupación nacional. La industria manufacturera, más manufactura que industria, tiene una ponderación que fluctúa entre el 10% y el 11% de la ocupación total. Las actividades de comercio, restaurantes y hoteles —Bolivia que recibe poco turismo— explican entre el 18% y el 20% de la ocupación. En síntesis, es demasiado fuerte verificar que casi el 40% de la ocupación en Bolivia está en el sector agropecuario.
Si el dato agregado de la ocupación a nivel nacional muestra que el 40% está ubicado en el sector agropecuario, esas cifras suben al ver lo que pasa en el área rural. En ésta, la ocupación agropecuaria entre 1999-2007 fluctúa entre 78% y 85%, eso muestra la importancia, casi exclusiva, de esa actividad en el área rural. Se trata del autoempleo característico de la agricultura campesina conformada por miles de campesinos minifundistas.
Carlos Toranzo es Director de Tiempo Político.
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