¿Te has puesto a pensar que son largas las horas que pasas en el trabajo compartiendo con otra gente? Aunque cada oficina tenga una dinámica distinta, existen ciertas reglas básicas de etiqueta que pueden hacer que tanto jefes como empleados alcancen las metas laborales en un ambiente agradable y de respeto mutuo.
Sé privado - Baja el volumen de tus conversaciones de persona a persona o telefónicas.
Respeta la privacidad – Jamás cometas el error de estar escuchando conversaciones ajenas o mirando a escondidas la propiedad privada de tus colegas.
Ten sensibilidad por los demás – Guarda tus colonias y lociones para ocasiones sociales. Hay gente que es muy sensible a los aromas. Lo mismo si vas a comer, evita los olores fuertes. Sé considerado.
Sé nítido – Mantén limpio y ordenado tu lugar de trabajo permanentemente; que no se halle demasiado cargado con fotos familiares o adornos que distraen la atención.
Utiliza tu propio material – No te prestes material de escritorio sin pedir permiso y devuélvelos en buena condición. Evita el uso del teléfono, fax o internet para asuntos personales.
No te quejes demasiado – No uses las expresiones “No puedo” o “No quiero”, o bien “Ese no es mi trabajo”. A veces se te presentarán tareas que no te agradan; no hay excusas y tienes que hacerlas.
Tu comunicación – Evita abordar temas delicados (religión, política, dinero, sexo, etc.).Sé respetuoso con las bromas y los chistes y no levantes rumores.
Cuida tu aspecto – Cuida los mínimos estándares de higiene imagen personal. Vístete como para causar siempre una buena impresión; recuerda que la manera de vestir refleja tu seguridad, estilo y personalidad.
Los buenos modales en el trabajo no sólo reflejan los logros personales o de la empresa; también coadyuvan a que el ambiente de trabajo sea más agradable.
La clave del éxito -te aconsejo- está en ser equilibrado, gentil y profesional.
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