Tres horas de una tensa reunión en Palacio Quemado no fueron suficientes ayer, para que la Central Obrera Boliviana (COB) convenza al presidente Evo Morales que asuma una “decisión política” y pague a fin de año, por cuarto año consecutivo, a pesar del bajo crecimiento de la economía y el beneficio del doble aguinaldo a los trabajadores.
Incluso los anuncios prematuros de “alejar el apoyo de los trabajadores” al denominado proceso de cambio, un eslogan que identifica al Gobierno, además de una implícita amenaza de ruptura política e ideológica no sirvieron de nada, pues el Jefe de Estado, acompañado por el vicepresidente, Álvaro García Linera, y los ministros de Economía, Luis Arce Catacora, y Trabajo, Gonzalo Trigoso, se atrincheraron una posición inamovible.
“La cifra es matemática, económica y financieramente precisa, por encima del 4.5% de crecimiento hay segundo aguinaldo porque se garantiza redistribución de la riqueza, inversión y estabilidad del empleo”, declaró tajante Linera, a quien el presidente delegó la responsabilidad de explicar los alcances de la reunión que sostuvieron con la máxima dirección sindical de los trabajadores.
AMPLIADO
En respuesta, el secretario ejecutivo de la COB, Guido Mitma, anunció para el próximo martes a las 15.30 un ampliado nacional de trabajadores en la ciudad de La Paz, para asumir una posición definitiva sobre la “negativa” del Gobierno de cancelar el segundo aguinaldo, un beneficio social que los sindicatos del país declararon como una “conquista social” de los asalariados.
“El Gobierno se ha cerrado en el pago del segundo aguinaldo, a pesar que hubo garantías (comprometidas) para cancelar el beneficio y esto preocupa a los trabajadores”, declaró Mitma en Palacio Quemado, minutos después que concluyó la reunión de la cual salió con un semblante nada amigable y exhibiendo malestar por los resultados alcanzados.
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