14 noviembre 2010

“Domésticas” de Potosí y Oruro ganan entre Bs 200 y 350, menos del 50% del mínimo

Informe: Fenatrahob indica que en Santa Cruz, Cochabamba y la zona Sur de La Paz reciben sueldos de más de 1.000 bolivianos.

En Oruro y Potosí, las trabajadoras del hogar sólo ganan entre 200 y 350 bolivianos, que es menos del 50 por ciento del salario mínimo nacional (679,50 bolivianos mensuales), señala el informe elaborado por la Federación Nacional de Trabajadoras Asalariadas del Hogar en Bolivia (Fenatrahob).

“Hace cinco años, una señora fue a mi pueblo, me convenció para llevarme a Potosí y para que trabaje como empleada, me dijo que me iba a hacer estudiar y que me pagaría 200 bolivianos, pero cuando llegamos a su casa, me pagó sólo 150, porque decía que no le pagaba alquiler y me daba comida gratis”, contó entre sollozos Martha Sánchez Mamani, de 23 años, al recordar su primera experiencia laboral.

Contó que en su primer trabajo, sus “jefes” la explotaban porque no le permitían salir domingos ni feriados. “Un día me cansé, me escapé dejando todas mis cosas en esa casa y me vine a La Paz. Aquí encontré un trabajo donde me pagan 800 bolivianos”, dijo sonriente.

Como Martha, cuatro de cada 10 trabajadoras de Oruro y Potosí ganan entre 200 y 350 bolivianos, según el informe elaborado por Fenatrahob al cual tuvo acceso La Prensa. El sueldo que reciben representa un ingreso menor a la canasta familiar, que asciende a 7.000 bolivianos, según la Central Obrera Boliviana (COB).

La secretaria ejecutiva de Fenatrahob, Daniela Quenta, asegura que “ese sueldo es bajísimo, nadie puede sobrevivir con eso, sin embargo las compañeras lo hacen, porque en esas ciudades no hay mucho movimiento (económico), no hay mucha gente. Las personas viven con lo que pueden y no tienen suficiente dinero, por eso no cumplen con lo establecido por ley, y las compañeras no lo exigen.”

El estudio titulado “Diagnóstico de la Situación Laboral y Organizacional del Sector de las Trabajadoras del Hogar (Fenatrahob) en Bolivia”, realizado en todo el país a partir de una encuesta nacional a 1.700 personas con este oficio, también especifica que en las ciudades donde perciben un mejor salario son Santa Cruz, Cochabamba y la zona sur de La Paz.

En la zona Sur paceña y en la zona central de Cochabamba, cuatro de cada 10 trabajadoras reciben un sueldo de entre 1.000 y 2.000 bolivianos. “En Santa Cruz, el trabajo de la doméstica es el mejor remunerado”, afirmó Quenta, y puntualizó que seis de cada 10 domésticas perciben entre 1.000 y 3.000 bolivianos. “Además, allá se contrata por especialidad, es decir en limpieza, cocina o lavado de ropa, entre otros”.

Destacó que en una casa cruceña “siempre hay entre dos y tres trabajadores del hogar, mientras que en los demás departamentos sólo hay una”.

Las “domésticas” que perciben mejores ingresos son sólo el 31 por ciento de las consultadas. El 50 por ciento gana menos que un salario mínimo y sólo el 19 por ciento recibe el mínimo nacional.

La secretaria de Actas de Fenatrahob y representante de Oruro, Rosa Fernández, comentó que tanto en su ciudad como en Potosí, y en las zonas periurbanas de la ciudad de La Paz y Chuquisaca, las trabajadoras del hogar se especializan en las diferentes áreas de su oficio y luego buscan trabajo en los lugares donde se las contrata con un mejor sueldo y donde se respeten sus derechos.

En 2003 se promulgó la Ley 2450 de la Trabajadora del Hogar, que establece los derechos y las obligaciones de estas asalariadas. Entre los derechos están trabajar ocho horas cama afuera y 10 cama adentro, además de gozar de vacaciones, salario mínimo nacional, aguinaldo, la afiliación a un seguro de salud y otros.

Entre sus obligaciones están, principalmente, respetar a la familia del empleador y facilitarle sus documentos personales.

Con esa ley, aseguró Quenta, las “domésticas” obtuvieron un mejor trato, aunque “falta mucho por hacer, porque los resultados de la encuesta no son muy alentadores”.

El informe también explica que el 49 por ciento comenzó a laborar sin tener la edad mínima de trabajo, es decir 18 años. El 50 por ciento inició su oficio entre los 16 y los 25 años.

La secretaria de Relaciones de Fenatrahob, María Guarachi, comentó que “la mayoría de las trabajadoras del hogar inmigrantes son menores de 15 años y no tienen conocimiento de sus derechos y obligaciones. Es a ellas a quienes se tiene que pagar el mínimo nacional, pero cuando se gana experiencia y especialización, el sueldo debe ser mayor”.

El informe también destaca que las trabajadores menores de edad se mantiene en sus fuentes laborales por falta de oportunidades. “La media de permanencia es aproximadamente de 30 años”.

Guarachi aseguró que debido a ello, la mayoría de las domésticas no se casan o son madres solteras.

El estudio respalda esa aseveración, pues tres de cada cuatro son solteras; el 23 por ciento son casadas; el uno por ciento, viudas, y el uno por ciento restante, divorciadas.

Quenta destacó que los horarios en su fuente laboral de las trabajadoras del hogar “hacen difícil poder llevar una vida social normal. Además el hecho de trabajar cama adentro hace más complicado encontrar pareja”.

El estudio explica que cerca de la mitad de las mujeres, el 49 por ciento, trabaja cama adentro; el 30 por ciento, cama afuera; el 18 por ciento, medio tiempo, y sólo el tres por ciento tiene un trabajo por horas.

Muchas de esas mujeres son madres solteras. Los indicadores informan que el 54 por ciento de las domésticas no tiene hijos, pero un 24 por ciento tiene entre cuatro y seis, y un 22 por ciento tiene siete o más hijos. “Estos datos demuestran que el promedio de sueldo que tienen las compañeras son muy bajos a comparación de la cantidad de hijos que tienen”, agregó Quenta.

En cuanto al nivel de educación de las trabajadoras inmigrantes, el 43 por ciento sólo recibió educación primaria, el 40 por ciento llegó a secundaria y sólo el uno por ciento llegó a ser bachiller.

Asimismo, más del 90 por ciento del sector no cuenta con seguro de salud ni con seguridad social.

Habilitan una línea gratuita

La Federación Nacional de Trabajadoras Asalariadas del Hogar en Bolivia (Fenatrahob) habilitará la línea gratuita 800100069 para informar tanto a asalariadas domésticas como a los empleadores sobre derechos laborales.

De acuerdo con la secretaria ejecutiva de Fenatrahob, Daniela Quenta, se trata de un consultorio informático que estará disponible para todo el país, y habilitado las 24 horas del día.

A la línea pueden llamar las trabajadoras del hogar para conocer más de sus derechos o para que se les aclaren algunas dudas.

Esta iniciativa se realizó luego de que “muchas de las compañeras —dijo Quenta— que se inscribían a los sindicatos de trabajadoras del hogar del país venían para averiguar sobre sus salarios o para investigar de qué beneficios gozan una vez que les retiran de sus empleos”.

Pero el servicio gratuito no es sólo para ellas, sino también para los empleadores, comentó la secretaria de Hacienda, Prima Ocsa, “porque algunos vienen a preguntar a dónde deben dirigirse para conseguir una persona que se encargue de las labores de su casa, y nosotros podemos recomendarle a alguna de las afiliadas del sindicato que esté desempleada”.

La organización le garantizará al empleador sobre el buen desempeño y la honestidad de la trabajadora y su trabajo, explicaron ambas dirigentes.

Asimismo, Quenta puso énfasis en que “así como los empleadores buscan a una trabajadora honesta y con garantía, éstos también debe comprometerse a cumplir con los derechos de nuestras afiliadas, hay muchos que ya lo hacen”.

Si la persona necesita un asesoramiento jurídico, cada sindicato las ayuda gratuitamente, “porque contamos con abogados, quienes nos ayudan a obtener un certificado de nacimiento y la cédula de identidad”, dijo Ocsa.

Situación de la trabajadora del hogar en Bolivia

En Bolivia se calcula que hay más de 137.000 trabajadoras del hogar. El 95 por ciento son mujeres y el 5 por ciento, varones.

Del total de esos registros, aún no oficiales, sólo el tres por ciento es afiliado en algún sindicato de las trabajadoras en el país.

Las cifras indican que ocho de cada diez trabajadoras del hogar saben que tienen organizaciones sindicales.

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