Sólo uno de cada dos jóvenes latinoamericanos termina el primer ciclo de secundaria antes de los 19 años y sólo dos de cada cinco logran completar la secundaria antes de los 24 años.
La formación que ofrecen las escuelas está desconectada de las demandas del mercado laboral en América Latina y el Caribe, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es una de las causas por las que a los jóvenes bachilleres les es difícil encontrar empleo.
Exigen habilidades interpersonales. El estudio “Desconectados-Habilidades, Educación y Empleo en América Latina” se basó en dos encuestas realizadas a 6.200 jóvenes y a 1.200 empresas. Señala que, actualmente, las entidades demandan habilidades interpersonales, como responsabilidad, comunicación y creatividad, que los jóvenes están lejos de desarrollar efectivamente.
Hay una “gran brecha” entre las habilidades que se aprenden en la escuela y lo que necesita y pide el mercado laboral para jóvenes que terminan la formación secundaria en nuestra región, refiere el documento. Más de la mitad de las empresas entrevistadas dan prioridad a las habilidades socioemocionales o blandas, relacionadas con la personalidad. Las entidades asignaron, en promedio, 55 puntos a este tipo de habilidades, frente a los 30 que otorgaron a las destrezas de conocimiento y sólo 15 a aquellas de conocimiento técnico.
Cerca del 80 por ciento de las empresas reporta que las destrezas más difíciles de encontrar son las que tienen que ver con comportamientos como empatía, adaptabilidad, cortesía, responsabilidad y compromiso, entre otras. Al menos un 30 por ciento de las empresas considera que la formación recibida en la escuela secundaria no es suficiente para que un joven desempeñe en las tareas requeridas.
El resultado, empleos precarios. Según Marina Bassi, especialista en educación del BID e investigadora del estudio, “hoy, los jóvenes que deciden buscar trabajo después de terminar la secundaria arrancan en desventaja. Lamentablemente, la escuela no les entrega las herramientas que el mercado laboral les pide y enfrentan una realidad en la que no pueden avanzar”.
La falta de preparación en estas áreas repercute en la calidad del empleo. Según el estudio, existe una “importante disminución de los salarios de los trabajadores jóvenes, graduados de secundaria, niveles de desempleo altos, participación laboral baja y estancada, salarios sin crecimiento en tres décadas y un constante aumento de la informalidad”. Ante esta situación, el documento recomienda crear un ámbito más amplio de intervención de la escuela, de manera que en su currícula integre el desarrollo de habilidades socioemocionales, para lo que deberá reformar no sólo el contenido, sino también las prácticas pedagógicas.
Los autores proponen introducir mecanismos que vinculen las escuelas al entorno, especialmente al ámbito productivo.
También sugieren que los sistemas de evaluación e información, para los estudiantes, estén alineados con las habilidades que se busca desarrollar, no sólo conocimientos académicos, sino también habilidades socioemocionales relevantes para el desarrollo en el trabajo y en la vida. Los cambios también deben tomar en cuenta, según el análisis, a los maestros, ya que deben estar preparados para ofrecer esquemas de formación consistentes con las metas planteadas.
Las encuestas tomaron como base a jóvenes —menores de 30 años— y empresas de Brasil, Argentina y Chile.
40 por ciento de los adolescentes en América Latina no termina sus estudios secundarios antes de los 24 años.
Los jóvenes y el empleo
La opinión empresarial, si bien relega los conocimientos técnicos ante las actitudes de los empleados, prefiere jóvenes con mayor formación.
30 por ciento de las empresas entrevistadas afirma que la formación recibida en la escuela secundaria no es suficiente para desempeñarse en las tareas que requieren.
54 por ciento de los jóvenes trabajadores tiene empleos informales, lo que también significa que las condiciones de ese empleo o su salario no son justas o conllevan riesgos.
15 por ciento de los bachilleres que actualmente busca trabajo no puede hallarlo. Hace 30 años, los desempleados de esta edad sólo alcanzabanal 5 por ciento.
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