El Ministerio de Trabajo ya benefició a más de 20 mil personas con este programa.
Cuando Facundo Lobo emigró a Argentina se llevó la herencia de su padre. Había aprendido a ser albañil desde los 10 años, mientras lo acompañaba en sus obras y nunca pensó en hacer otra cosa. Allá, en la gran ciudad de Buenos Aires, las cosas fueron bien, pero no duraron mucho: la competencia era intensa, pedían certificados y garantías a los obreros. Decidió retornar a Bolivia con la firme idea de estudiar, pero, por no haber concluido el bachillerato, se encontró con que tenía que empezar desde el principio.
A doña María Eugenia se le pasaron los años. Cuando concluyó la escuela en su pueblo, Pucarani, quiso entrar a la Normal. Su padre la desanimó bajo un argumento concluyente: "allí, sólo encontraría marido".
Cuando, de todas formas, se casó, también intentó estudiar, pero fue su marido quien se lo impidió. "¿Para qué vas a estudiar, para abandonar a tu familia?", le reclamó. Solamente cuando cumplió 43 años y ya criaba nietos, decidió dar ese paso sin consultar a nadie. Sin embargo, se encontró con que tenía que presentar certificados y otros que la legitimen como alumna de cualquier institución de capacitación.
Las historias de bolivianos y bolivianas que, por una u otra razón quedan fuera del sistema educativo, son muchas. A estas personas, se suman quienes cuentan con un oficio o especialidad adquirida empíricamente, pero que, al carecer de certificación, se les imposibilita avanzar en su formación o, también, que no pueden aspirar a mejores oportunidades de trabajo por no contar con una hoja de vida (y de estudios) que las respalde.
Más de 20 mil. En 2006, el Gobierno puso carne al concepto de "educación inclusiva y para todos y todas", un postulado de la nueva Constitución.
El Decreto Supremo 29876 creó el Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC), que opera desde agosto de 2007. Esta entidad, trabaja bajo la tuición del Ministerio de Educación.
El programa, hasta 2013, reconoció la competencia en diferentes oficios y saberes, de más de 20 mil personas, a las que se suman los beneficiados del programa de Formación Técnica Profesional de la Cooperación Suiza en Bolivia, que ya certificó a 10.800.
Noel Aguirre, viceministro de Educación Alternativa, responsable del sistema, se declara satisfecho y orgulloso de los logros del programa.
Explicó que una competencia para el SPCC "es saber hacer algo que beneficia a la sociedad; por ejemplo, reconoce a un carpintero que sabe hacer mesas y sillas. Lo que se hace con este proceso de certificación de competencias laborales es reconocer ese saber aprendido en la práctica, con la tradición, en la vida diaria y el mundo laboral".
Las competencias. Desde 2009, según la autoridad, el programa identificó las competencias a reconocer. En muchos casos, fueron iniciativas de organizaciones sociales o gremiales, en otras demandas específicas de la sociedad civil.
Hasta la fecha, se han identificado 40 competencias artesanales, agropecuarias, artísticas, lúdicas, incluso la de "gestor comunitario", que es la persona que se dedica a formar y capacitar dirigentes en las comunidades.
"Primero, se evalúa la demanda; si es un número apreciable de personas, el mínimo es 35, que solicitan una determinada certificación, se define un estándar, un compendio de habilidades que debería tener la persona para ser certificada. Se evalúa a los postulantes, a través de entrevistas, para determinar si éstas cumplen los estándares y, de ser así, se emite un informe y se procede a otorgar un certificado avalado por el Ministerio de Educación", explica el Viceministro, quien agrega que este documento da validez al trabajador, para cualquier desempeño.
El segundo paso será la transitabilidad. La primera fase del programa de Certificación de Competencias sólo hace eso, y no permite la transitabilidad, es decir no habilita a la persona para que siga estudiando. Esto lo conseguirá la segunda etapa, que va a permitir obtener, según el nivel de formación y experiencia, un título de técnico básico, auxiliar o medio, con el que incluso podrá ingresar a la Universidad.
ALGUNOS OFICIOS RECONOCIDOS POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN, Y QUE YA FUERON CERTIFICADOS SON LOS DE CARPINTERO, ARTESANO, CONFECCIONISTA, MÚSICO DE BANDA, CONSTRUCTOR EN OBRAS CIVILES, CARPINTERO, AGRICULTOR, GARZÓN Y MESERA.
40 tipos de habilidades, al menos, ya fueron certificadas por el Ministerio de Educación.
Los que más saben no son siempre los que estudian. Según el viceministro de Educación Alternativa, Noel Aguirre, recuperar conocimientos, dignificar saberes y oficios y fortalecer el sector productivo con mano de obra cualificada son los ejes de acción del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias.
"Se supera el enfoque colonizador que dice que la gente sólo vale por su título. Hay una gran cantidad de personas que no han estudiado en un lugar formal, pero tienen saberes y conocimientos muy valiosos; a veces saben más que los que estudiamos en una universidad".
El proceso. Según la autoridad, "la idea tuvo dos antecedentes, el primero, mas jurídico fue la Constitución Política del Estado, que reconoce la educación plural, las distintas formas de hacer educación, y en ello, a la educación no escolarizada ligada a las comunidades, a las organizaciones sociales y otras".
El otro hito, es la Ley Aveliño Siñani-Elizardo Pérez, que ratifica estos elementos y, en el artículo 18, afirma que se debe hacer una "homologación de lo que en la vida diaria, en el trabajo, desarrollan las personas y una vez que se reconoce sus saberes y sus experiencias, se los habilita para que continúen sus estudios".
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