La costumbre, presión interna o peleas pueden provocar estrés en un trabajador y enfermarlo. Según estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central del Valle del Cauca (Uceva) al menos cinco patologías están relacionadas con el estrés laboral, considerado una afección profesional: el colon irritable, la enfermedad ácido péptica, males cardiovasculares, hipertensión y depresión.
Está percepción es compartida por el experto en medicina del trabajo, Álvaro Castillo, quien considera que estas enfermedades se producen en Cochabamba.
Castillo agrega que el estrés ocupacional es también una importante causa de ausentismo en el trabajo, influye en decisiones incorrectas, provoca juicios erróneos y baja la moral del empleado.
Es común que los empleadores no se den cuenta de la importancia de manejar el problema del estrés laboral en una empresa y poder evitar que sus trabajadores se enfermen.
La Asociación Americana de Psicología (APA, por su sigla en inglés), señala que despidos, reestructuraciones e incluso cambios de ejecutivos pueden aumentar la ansiedad respecto a la seguridad en el empleo. Destaca una investigación noruega que demostró que solo el rumor del cierre de una planta causó un rápido aumento en la presión y el pulso de los trabajadores, mientras que investigaciones en Estados Unidos revelan que los daños y accidentes en el trabajo tienden a aumentar cuando las organizaciones se encuentran en procesos de reducción de personal.
Por lo tanto, concluye la APA, el cuerpo reacciona y, además de enfermedades, la preocupación constante por las responsabilidades del trabajo también hace que se tenga hábitos de alimentación errados que, sumados al sedentarismo, conducen a la obesidad, presión alta y altos niveles de colesterol.
“Estresantes comunes en el trabajo como la percepción de tener una compensación baja, y trabajar largas horas, puede también acelerar el comienzo de la enfermedad del corazón, incluyendo la probabilidad de sufrir un ataque al corazón”, agrega la asociación y apunta que otro efecto del estrés es el envejecimiento prematuro.
¿Y qué se puede hacer para hacer frente al estrés laboral? La Asociación Americana de Psicología indica que hay maneras sencillas de superar esos malos momentos en la oficina y no enfermarse.
Las cuatro más simples son:
1. Tomar descansos durante el día, incluso solo 10 minutos de tiempo personal refrescarán la actitud mental.
2. Alejarse por un momento cuando siente coraje. El caminar y otras actividades físicas también ayudan a liberar presión.
3. Establecer estándares razonables. No esperar la perfección.
4. Hablar con su inmediato superior sobre el problema.
Fuera del trabajo se puede optar por realizar la técnica de relajación, hacer ejercicio y mejorar la nutrición.
Tipos y
clases
1
agudo
El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. El estrés agudo es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador.
2
crónico
Este es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año. El estrés crónico destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. Es el estrés de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en un matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta.
3
Agudo EPISÓDICO
Están aquellas personas que tienen estrés agudo con frecuencia, cuyas vidas son tan desordenadas que son estudios de caos y crisis. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde. Si algo puede salir mal, les sale mal. Asumen muchas responsabilidades, tienen demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de exigencias autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención.
Políticas que disminuyan la enfermedad en el trabajo son una tarea compleja
Álvaro Castillo
Medicina de Trabajo
Actualmente es ya imposible no pensar en el factor psicológico cuando se aborda el tema del trabajo.
El estrés es actualmente uno delos factores más importantes que afectan al trabajador en su puesto de trabajo.
Sin distinción de nacionalidad o estrato social, las características de este problema se manifiestan de forma muy similar.
Es muy importante aclarar que el estrés, al ser un factor imposible de medir o cuantificar, debe ser analizado de forma individual, tomando muy en cuenta la esfera privada del trabajador. Los problemas personales indudablemente repercuten en el desempeño laboral y pueden mezclarse o camuflarse con aquellos generados en el puesto de trabajo mismo.
Por ejemplo: problemas de pareja, separaciones, enfermedades en la familia, alcoholismo o problemas económicos pueden afectar el eficiente desempeño de un empleado en una empresa. De igual manera, la presión excesiva por parte de los superiores para alcanzar objetivos, sobrecarga de trabajo o encomendar tareas para las cuales alguien no esté debidamente capacitado pueden causar alteraciones del temperamento o la conducta de una persona en su entorno hogareño.
Diseñar políticas que disminuyan el estrés en el trabajo es una tarea compleja y multidisciplinaria. Requiere una amplia cooperación de los mismos empleados y de las figuras jerárquicas de una institución. Desarrollar un ambiente de confianza donde sea posible tratar los temas abiertamente es primordial, establecer metas claras de acuerdo a las horas de trabajo y el nivel de formación o capacitación, tomar en cuenta limitaciones físicas en caso de haberlas, así como enfermedades existentes que puedan verse afectadas por un estrés excesivo es un factor elemental a tomar en cuenta.
El médico del trabajo, el encargado de seguridad, Recursos Humanos y la representación de los trabajadores deben trabajar y cooperar en este sentido.
Es imposible eliminar el estrés en su totalidad, pero mejorar la problemática es real y requiere ante todo voluntad y organización más que recursos económicos.
En naciones industrializadas han aparecido en los últimos años los llamados psicólogos laborales, profesionales capaces de intervenir en situaciones de crisis de estrés, ayudando a encontrar soluciones satisfactorias para el empleado y el empleador.
En ocasiones pueden intervenir también factores ajenos a ambas partes; crisis económicas o políticas de inestabilidad que pongan en peligro la existencia de las empresas y sus puestos de trabajo pueden derrumbar la moral de todo un grupo humano.
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