Latinoamérica conmemoró ayer el Día Mundial contra el Trabajo Infantil con avances, pero también con grandes compromisos para la erradicación de esta problemática en la región, donde de casi 15 millones de menores trabajadores, más de 9 millones realizan actividades peligrosas. La celebración se centra este año en el combate del trabajo peligroso, que, según la más reciente estimación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), afecta a 115 millones de niños en el mundo, de un total de 215 millones de menores trabajadores.
La OIT define como trabajo peligroso a toda labor que se desarrolla en un entorno cuyas deficiencias pueden causar daños en la salud, la seguridad o la mortalidad de los niños. El informe Niños en trabajos peligrosos: Lo que sabemos, lo que debemos hacer alerta que cada minuto en algún lugar del mundo hay un menor que sufre un accidente, enfermedad o trauma sicológico debido a labores de riesgo.
En América Latina más de 9 millones de niños realizan actividades peligrosas —más del 7% de la población infantil de la región— relacionadas especialmente con agricultura, pesca, servicio doméstico, minería, ventas ambulantes y cosecha de la hoja de coca.
En Bolivia hay 850.000 niños trabajadores, según el Ministerio de Trabajo y Unicef. Las peores formas de trabajo se dan en la zafra, pesca, fabricación de ladrillos, servicios domésticos y minería.
La OIT puso como meta la eliminación de las peores formas de trabajo infantil en el año 2016.
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