20 junio 2011

Empleos que apenas dan para subsistir

Prima Aguilar, se gana la vida y mantiene a su pequeño hijo desde hace tres años vendiendo menudencias de pollo fritas en su “carrito ambulante” que compró -en aquel tiempo- a un precio de Bs 600. Todos los días a las 18.00 horas sale de su casa y se dirige a un garaje de la calle Mercado para sacar su herramienta de trabajo, luego de empujarlo por casi 20 minutos, se ubica en la avenida Grigotá y primer anillo, zona de La Ramada, allí se estaciona y enciende sus ornallas para freír diminutos pedazos de pollo y pequeños trozos de “tripas” de res acompañados de papas cocidas y refritas.

Cuando sus comensales empiezan a llegar, ella sirve su menú en platillos cubiertos por una bolsa de plástico.

Tienen un precio de entre 4 y 5 Bs. Desde las 18.00 hasta las 22.00 o poco más, logra vender hasta Bs 300 y cuando hace frío sus ventas totales alcanzan a Bs 400. "A veces cuando se vende bien me gano Bs 150, el resto es mi capital", relató Prima, mientras asaba las papas en una bandeja que hace de sartén.

Cada tres meses lleva su carrito a mantenimiento, para que verifiquen el estado de la manguera que conecta a la garrafa de GLP y evitar accidentes.

Mensualmente paga un monto de Bs 60 al garaje donde guarda todos los días su herramienta de trabajo.

Fabricación. Esta actividad que se ha tornado rentable y sigue siendo copiada por cientos de mujeres, en su gran mayoría del interior del país, generó el incremento de la demanda de estos carros ambulantes.

Por ello, los talleres de soldadura empezaron a fabricar los famosos carritos, pero a medida que el mercado se saturaba, empezaron a crear nuevos diseños con diferentes aplicabilidades, de tal manera que ahora no solo son para preparar y vender “tripas” o pollo, sino también para pipocas, jugos de naranaja, refrescos, hamburguesas, jibas, entre otros.

Pero la creatividad de la gente subempleada va más allá, pues han adaptado hasta las carretillas para colocar parrillas pequeñas y vender pacumutos de corazón de pollo y mollejas o “churiquis”, que se vende a un precio de Bs 2.

Los costos de estos carritos ambulantes oscilan entre los Bs 850 y Bs 2.500, dependiendo de la utilidad y del tamaño.

Demanda. Don Ciro, un soldador que se dedica desde hace unos 10 años a fabricar estos carros, -que se convirtieron en fuentes de ingreso para cientos de familias- relató que cada día la demanda crece y diariamente vende entre uno a dos carritos, que pueden ser a pedido o simplemente para surtir el negocio."Los que sirven para hacer pipocas son los más nuevos, recién los hemos inventado", dijo mientras exponía los novedosos carros ambulantes.

Actividad informal. El presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Wilfredo Rojo, realizó un análisis sobre el crecimiento de la actividad económica informal y explicó que el desempleo abierto está cerca del 13%, pero existe un subempleo que está disfrazado y "es esa mayoría que vende en las calles, que hace un servicio que no fuera necesario si existiera una completa actividad formal y total".

Esta actividad económica informal se da porque la gente no tiene el nivel de preparación de mano de obra calificada, y la mayoría de la gente no ha concluido con la preparación primaria ni secundaria, y mucho menos haber aprendido un oficio técnico.

La gente en su ánimo de supervivencia trata de conseguir lo que más fácil puede desarrollar y generalmente es la actividad de servicio y privada, porque “son empresarios privados”, acotó Rojo.

"Se ven más mujeres que hombres en las calles trabajando porque el varón trata de buscar un nivel de trabajo que no esté expuesto a esta actividad informal para obtener su subsistencia", dijo.

Falta mano de obra calificada. De acuerdo a Rojo, existe un gran déficit de la mano de obra calificada, y es que en las empresas o fábricas se necesita y siempre hay oferta de trabajo. Pero sucede que mucha gente puede desempeñarlo, pero eso significa un costo alto, porque no rinde su productividad para la empresa.

La gente migratoria que no tiene nivel de preparación termina subempleándose o desarrollando una actividad ambulante.
"Hay gente que viene del interior y le dan, a través de confianza para que venda un saco de papa, está realizando una actividad, es un empleo encubierto y eso es lo que hay en Bolivia", sostuvo Rojo.

Señaló que las entidades financieras se jactan de impulsar el desarrollo con los microcréditos, pero estos dineros no llegan a los verdaderos productores, sino a esta gente que es subempleada y fomentan el comercio informal.

Subsistencia propia. El trabajo de estas personas no generan desarrollo, lo único que están haciendo, según declaró Rojo, es solucionar sus problemas de subsistencia o de hambre.

Al mismo tiempo se constituye una traba para el desarrollo porque está contribuyendo al subempleo donde no se obtienen índices de productividad y no se realiza el proceso de transformación lo que termina dispersando la economía.
Actualmente el 44% de los bolivianos vive del esfuerzo físico, es decir que la gente no trabaja desarrollando el intelecto.

El 69% trabaja por cuenta propia

Falta mano de obra calificada y esto obliga a la gente a inventarse actividades económicas informales. en santa cruz el 69% trabaja por cuenta propia.

Bajos porcentajes de asalariados

El 18% de la población es obrero de planta, el 12% dueño de algún negocio, el 11% corresponde a asalariados, el 10% son rentistas y profesionales.

2 bolivianos
cuesta el pacumuto de corazón de pollo o mollejas. Es muy apetecido por los comenzales.

850 bolivianos
es el precio más bajo de uno de estos carritos ambulantes , el más caro puede costar hasta Bs 2.500

EMPLEOS
Informe del Cedla

CIFRAS. De acuerdo a un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) es una tendencia que el subempleo continúe creciendo en el país. Existe un 65% de la población que vive de un trabajo por cuenta propia, pero de ese total, el 55% es informal.

El 44% trabaja como chofer, vendedor, etc. Un 18% es obrero de planta, mientras que el 12% son asalariados como maestros, policías, militares, entre otros.

El 12% tiene un pequeño negocio, el 11% son rentistas y profesionales independientes.
Un 5% son profesionales con mandos medios en las empresas o instituciones y apenas un 1% son gerentes o dueños de empresas con más de 5 empleados.

desempleo. La población desocupada por sexo, corresponde según datos del Cedla, hasta 2010, a 90.000 mujeres y 70.000 hombres. De este total de personas entre un rango de edad de 20 a 29 años corresponde al 40%, de 30 a 39 años de edad un 21% y de entre 30 a 49 años corresponde al 11%.

En Santa Cruz el 69% de la población trabaja por cuenta propia.

El desempleo en Bolivia alcanza al 13%, según algunas proyecciones, pero otras afirman que es un 9%.

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