Según un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), el salario mínimo debería estar por los 2.120 bolivianos para asegurar los requerimientos nutricionales y energéticos esenciales para que una familia integrada por cinco personas pueda subsistir, sin embargo, en Bolivia el salario mínimo decretado por el Gobierno es de 1.200 bolivianos por lo que la organización considera que en esta gestión se debería fijar un nuevo incremento que se ajuste al aumento del costo de vida y que sean de cumplimiento obligatorio.
Si bien el salario mínimo nacional subió de 500 a 1.200 bolivianos desde 2006, el poder adquisitivo del mismo, no registró el mismo incremento, debido a la permanente alza de precios de los productos básicos de la canasta familiar.
Según el estudio de Cedla el nivel de los salarios de los obreros está muy por debajo del valor de la fuerza de trabajo.
"Lo que ganan como promedio general no alcanza para cubrir, al menos, el costo de una Canasta Normativa de Alimentos (CNA), que es lo básico que debería consumir una familia promedio de cinco personas. Salvo los gerentes y administrativos, los profesionales, algunos empleados y algunos obreros especializados, son los que tienen mejores ingresos que el rubro de los obreros, que están en el mejor de los casos, ganando 1.777 bolivianos, salvo del rubro de la minería que tendría un medio nominal de más de 3.000 bolivianos", indica el documento.
El estudio destaca el aumento del salario mínimo nacional a 1.200 bolivianos en la gestión 2013, pero también afirma que esto es "una pequeña mejora que permitió cubrir un poco más de la mitad del costo de los alimentos" y que no mejoró a lo largo de los últimos siete años.
A esto se suma el hecho de que la contratación temporal o por producto empezó a ganar terreno, eliminando las conquistas laborales de los trabajadores y además de la ampliación de las jornadas laborales y la intensificación del trabajo.
IPC
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en los dos primeros meses el Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzó el 1,02 por ciento, cifra elevada con relación a similar periodo del 2013, esto debido al incremento del precio del tomate, arveja, queso, plátano, cebolla, pensión universitaria y los alquileres.
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