Ciento cuarenta y cinco menores de edad fueron identificados trabajando en el Cerro Rico de Potosí con una remuneración mensual de 2.400 Bolivianos como promedio por cuatro horas de trabajo, según un trabajo de visibilización de derechos humanos que efectuó la Defensoría del Pueblo. El 84,8 por ciento de los adolescentes que trabajan en interior mina, percibe semanalmente entre 300 a 900 Bolivianos. Incluso, haciendo un cálculo aritmético, quien gana 900 semanal, lograría 3.600 Bolivianos en un mes.
Ese dato se desprende del resultado que obtuvo la representación departamental de la Defensoría del Pueblo sobre el proyecto de investigación que realizó en las minas del Sumaj Orck’o la presente gestión.
El objetivo principal de la investigación fue de verificar el estado de situación de niños, niñas y adolescentes que viven en el cerro y que trabajan en esta actividad, respecto al grado de cumplimiento, vigencia, respeto y ejercicio de los derechos humanos.
Son cuatro las áreas en las que se objetivizó el trabajo de los menores comprendidos, en su mayoría, entre las edades de 15 a 17 años. En el sector Robertito se encontró a 51 adolescentes cumpliendo faenas mineras, en La Pata, 31; Caracoles, 28 y Pailaviri, 35. Sin embargo, el trabajo de investigación, define que de los 145 menores trabajando en el cerro, “no representa el total de los que trabajan”, puesto que muchos adolescentes rehuyeron y no quisieron ser encuestados. Por ejemplo, algunos indicaron que tenían más de 18 años para no ser entrevistados, “por temor a perder su fuente laboral”.
Sin embargo, se incidió en el rango de edad de los menores trabajadores, todos de sexo masculino. El 91 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que trabaja son adolescentes hombres, comprendidos entre las edades de 15 a 17 años. Los niños de ocho a 12 años son el seis por ciento de la población trabajadora, mientras que el tres por ciento son preadolescentes de 13 y 14 años, según el resumen entregado a el Potosí por la defensora del pueblo de Potosí, Jackelin Alarcón.
Sin embargo, de ese total de adolescentes, sólo 112 trabajan en interior mina y 28 en el exterior. El 53 por ciento de los menores de edad que trabaja en interior mina son carreros; el
33 %, chasquiris (cargan mineral). Pero también hay wincheros y un perforista.
Pero, según la investigación, el 64,1 por ciento de los adolescentes afirma que el trabajo en la mina es simplemente eventual y el 35,9 % permanente.
Estos últimos dicen que trabajan de manera permanente porque tienen responsabilidad familiar, porque conviven o están casados a temprana edad.
“El inicio a temprana edad en el trabajo minero y su permanencia disminuye la esperanza de vida saludable”, dice el informe de la investigación.
3.600
BOLIVIANOS percibe un adolescente que gana cada semana Bs. 900. Y esos son aparentemente quienes perforan en interior mina.
El contrato
El 95,2 por ciento de los 145 adolescentes que trabajan en el Cerro Rico de Potosí afirma que no tienen un contrato de trabajo, por lo cual, concluye la investigación de la Defensoría del Pueblo, “dificulta el ejercicio pleno de sus derechos laborales, en eventuales problemas con el empleador”.
Se concluye que al adolescente no le interesa firmar un contrato, sino tener una remuneración expectable, por lo que prefieren evitar problemas con su empleador porque su presencia en la mina es eventual.
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