20 agosto 2014

Sueldos altos atraen a niños al Cerro Rico

Una investigación realizada por el Defensor del Pueblo identificó que 145 menores de edad trabajan en el Cerro Rico de Potosí y ganan entre 1.200 y 3.400 bolivianos al mes por cuatro horas diarias de trabajo. Sus labores hacen que abandonen el colegio, pongan en riesgo su vida y se vulneren sus derechos laborales y de salud, entre otros, según el informe.

Del total de entrevistados, 91 por ciento se encuentra en el rango de edad entre 15 y 17 años y trabaja en interior mina; el resto —un 6 por ciento que está entre los 8 y 12 años y un 3 por ciento entre 13 y 14 años— opera en la parte externa.

El estudio, que fue realizado entre junio y julio de este año, estima que la cifra de menores es superior debido a que muchos no quisieron ser entrevistados o aumentaron su edad por temor a perder su empleo.

El Defensor también detectó que otros 280 niños, niñas y adolescentes viven junto a sus madres que trabajan todo el día en las bocaminas en viviendas precarias y sin servicios básicos. No hay presencia del Estado en la zona.

El informe denominado “Estado de situación de niños, niñas y adolescentes que viven en el Cerro Rico y trabajan en la actividad minera” fue difundido ayer y presentado este lunes en Potosí por el Defensor del Pueblo, Rolando Villena.

El estudio, que contó con el apoyo de la organización Tierra de Hombres-Holanda, señala que la investigación se realizó en cuatro sectores del Cerro Rico (Robertito, La Plata, Caracoles y Pailaviri) donde se entrevistó a adolescentes, niños, familiares, profesores y autoridades.

En la presentación de resultados, la Representante Defensorial de Potosí, Jackelin Alarcón, indicó que el 95,2 por ciento de los adolescentes no tiene contrato escrito de trabajo, tampoco les interesa exigirlo por la buena paga y para evitar conflicto con sus empleadores. Casi todos desconocen sus derechos laborales y a donde pueden acudir si el empleador incumple sus deberes.

Sobre el acceso a la salud, el 83 por ciento no cuenta con seguro de salud. Cuando se enferman el 6,6 por ciento acude a un centro de salud pagando por el servicio; el 21,6 por ciento a una farmacia y el 15,7 por ciento se cura en casa con remedios caseros. El inicio a temprana edad en el trabajo minero y su permanencia disminuye la esperanza de vida saludable.

A esa situación se suma el riesgo laboral, pues el 94 por ciento indicó que trabaja en interior mina sin haber recibido ninguna capacitación sobre seguridad industrial lo que, junto a su inexperiencia, los expone a accidentes.

El estudio muestra además que otros 280 menores viven con sus madres que trabajan 24 horas al día en las bocaminas como “guardas” o “serenas”, dependientes de las cooperativas mineras, en viviendas precarias, sin servicios básicos ni condiciones de seguridad y apoyan en la labor que ellas realizan sin recibir ningún pago.

La presentación fue realizada ante autoridades, medios de comunicación y dirigentes, en Potosí; pero Villena se reunió previamente en el Cerro Rico con adolescentes trabajadores y sus familias a quienes señaló que “la remuneración que reciben por su esfuerzo ha llevado a que abandonen la escuela, a trabajar sin un contrato laboral, a no exigir seguro de salud y, fundamentalmente, a poner en riesgo su vida ya que ingresan a interior mina sin el equipo de seguridad necesario”, según cita una nota de prensa de la Defensoría.

Dijo también que existe desatención de las instituciones del Estado que muestran permisividad y falta de control sobre las cooperativas, entre cuyas prioridades no está el garantizar seguridad y protección para los menores que contratan. Añadió que los resultados de la investigación serán enviados a las autoridades exigiendo que se cumpla lo que manda la ley y la Constitución.

Otros datos

• El 19,3 por ciento de los 145 entrevistados fue contratado por un socio cooperativista, lo que dificulta la exigibilidad de sus derechos laborales.

• El 74,5 por ciento dice que le gustaría trabajar en otros rubros

• El 82,6 por ciento no recibe ropa de trabajo. Sólo el 16 por ciento cuenta con ropa de trabajo cuyo costo es descontado de su salario.

• El 35,9 por ciento trabaja de manera permanente en la mina.

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