Los primeros días en un trabajo son sinónimo de desorientación. No se sabe qué esperan del empleado, a quién acudir para resolver dudas y con qué criterio juzgarán el trabajo los nuevos jefes y compañeros. Los primeros 30 días son cruciales para tener una actuación que permita entrar con "el pie derecho" a la organización.
"Los jefes y colegas son propensos a recordar las acciones que tiene el empleado los primeros días. A esto se le conoce como 'efecto primario', el interés de la gente por recordar la primera vez de algo. Por ejemplo, el trabajador que no se esfuerza por integrarse en ese período empieza a ser etiquetado como hostil o reservado", dice la psicóloga por la UNAM y especialista en temas laborales, Eugenia Franco.
Inculcar la cultura. La socialización en esos 30 días juega un papel importante para que el colaborador no se sienta ajeno, al desconocer la cultura organizacional. Las empresas tienen procesos formales e informales para socializar y hay que identificarlos, es la forma cómo se dirigen (lenguaje) los compañeros entre sí, sus creencias y los mitos en ese lugar.
Muévase con cuidado. Muchos empleados al ser contratados quieren cambiar el estilo de hacer las cosas para obtener resultados rápidos y se "saltan" los niveles o la burocracia en la empresa. "Tener iniciativa es bueno, pero obviar los códigos de trabajo ya establecidos los lleva al fracaso", explica Franco Espinoza.
Otro aspecto que debe aclararse desde el inicio, dice la psicóloga, es conocer dónde están los límites al tomar decisiones, en especial si otros compañeros cumplen actividades similares, porque hay riesgo de conflictos.
CNN Expansión
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