“El panorama no ha cambiado mucho”, afirma Mario Galleguillos Loayza, director del Programa de Financiamiento Educativo EducaPro, que depende de la fundación FundaPro.
“Las tendencias de desencuentro entre la oferta y la demanda se han acentuado, especialmente en Ciencias Jurídicas”, señala. El primer estudio se realizó en el 2005 y seis años después, esta oferta se mantiene en el mercado.
Frente a esta situación, “se ve que hay una demanda de profesionales de Economía y Auditoría, se requieren este tipo de profesionales”, indica Galleguillos. En el nivel técnico, es decir la oferta de los institutos técnicos, hay una sobreoferta de secretariado ejecutivo. El estudio actualizado muestra que hay una carencia de técnicos especializados en el sector productivo.
Por ejemplo, “hay necesidad de técnicos soldadores para el sector energético y de hidrocarburos y técnicos especializados en administración de recursos naturales. No son formados ni por las universidades ni por institutos. Esas son las asimetrías encontradas”, detalla.
Y esta brecha se acentúa según las regiones geográficas. Galleguillos manifiesta que en el oriente es más notoria la demanda por técnicos en el sector hidrocarburos. Allí se encuentran las empresas dedicadas a la exploración y explotación de hidrocarburos, principal recurso no renovable de exportación que sostiene los ingresos económicos del país.
En los valles y altiplano, la necesidad es de técnicos vinculados a la innovación y nuevas tecnologías para el sector agropecuario. En la metrópoli paceña (La Paz y El Alto), si bien se han realizado esfuerzos por contar con técnicos especializados en manufactura, textiles, metalmecánica y madera, “no es suficiente”, asegura.
Mirando al futuro, “la explotación del litio (en el Salar de Uyuni) o del hierro (en el Mutún) va a requerir de profesionales capacitados en esas áreas productivas”, enfatiza Galleguillos.
El estudio ratifica que hay un desencuentro entre la oferta de profesionales y la demanda de qué tipo de técnicos se requieren para atender los diferentes rubros y actividades económicas estratégicas y empresariales del país.
“De manera general, vemos que hay saturación de algunas áreas académicas; pero también vemos que profesionales y técnicos no son absorbidos por el mercado laboral y pasan a formar parte de la masa de desempleados, subempleados”, advierten en el estudio. Y pocos se convierten en emprendedores por necesidad en condiciones de trabajo mínimas que no les permite acceder a los beneficios de la seguridad social, salud y otros que hacen a un trabajo digno, sostiene el director de EducaPro.
Galleguillos agrega que “se debería impulsar la formación técnica productiva”, porque en la actualidad “se están formando a nivel técnico vinculados a temas comerciales y de servicios”. Sin embargo, subraya que el cambio implica altos costos de inversión, debido a que tendrían que “adquirir tecnología de punta que les permita impartir una formación de calidad”.
Existe un millón y medio de personas entre 15 y 24 años, de los que un 30% se encuentra estudiando, 48% son mujeres.
EducaPro propone crear un observatorio del mercado laboral, con participación de los sectores público y privado, con el fin de tener información actualizada para delinear nuevas políticas públicas y dar orientación a las nuevas generaciones del país.
Más universidades, misma oferta
En los últimos cinco años se crearon más universidades e institutos técnicos, y la matriculación, en ambos casos, subió en un 10%; sin embargo, ofrecen las mismas opciones y su nivel es regular, muestran las percepciones recogidas en el Estudio de Mercado Laboral.
“Se percibe que la calidad de la formación universitaria y técnica es regular. Los profesionales egresados reciben una formación principalmente teórica, lo que genera que las instituciones tengan que realizar inversiones adicionales en capacitación del personal que recién se inserta”, señala el estudio.
Por otra parte, no se percibe que exista un posicionamiento o especialización de las casas de estudios superiores que les permita ser reconocidas por su calidad formativa en un área específica.
También se realizaron encuestas por correo electrónico donde se constató que un 61% afirmó que las carreras a nivel técnico no responden a las necesidades del mercado y un 52% señaló lo mismo para las carreras a nivel de licenciatura.
Representantes de las universidades e institutos técnicos dijeron percibir que su calidad es regular, con un 53% y 42%, respectivamente. En Bolivia existen 59 universidades, entre las del sistema público y las privadas.
Formar emprendedores, pendiente
El Estudio del Mercado Laboral en Bolivia muestra que pese a que muchas universidades están haciendo esfuerzos por incluir en sus pensums materias que motiven el emprendimiento empresarial, la mayoría de sus alumnos orienta su formación hacia la posibilidad de ser dependientes.
Respecto a la orientación más práctica de las carreras a nivel técnico, el sector empresarial cree que este tipo de profesionales posee mayor inclinación a crear su propia empresa, aunque las percepciones de los responsables de las casas de estudios superiores proporcionan una visión contraria.
Según el estudio, algunas universidades están desarrollando estrategias de relacionamiento con empresas privadas para apoyar el proceso de inserción de sus estudiantes en el mercado laboral ya como profesionales. Otras están optando por crear bolsas de trabajo como apoyo a los estudiantes. Sin embargo, se percibe que la mayoría de los centros de formación universitaria y técnica no cuenta con mecanismos de apoyo para que sus graduados se inserten el mercado que cada vez exige más experiencia. Y los institutos carecen de acciones de inserción laboral directas.
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