La economía de Estados Unidos tuvo en junio una ganancia neta de apenas 18.000 puestos de trabajo y el índice de desempleo subió una décima y se situó en el 9,2 por ciento, el nivel más alto desde diciembre pasado, según informó ayer el Departamento de Trabajo.
Los datos decepcionaron a los analistas que habían calculado un aumento de unos 110.000 puestos de trabajo, lo que hubiese dejado el índice de desempleo en el 9,1 por ciento, sin cambios desde mayo.
La economía de Estados Unidos salió hace dos años de su recesión más profunda y prolongada en casi ocho décadas, pero el ritmo de crecimiento sigue siendo demasiado lento como para recuperar los 8,4 millones de puestos de trabajo perdidos en la crisis.
La ganancia neta de empleos en junio fue la menor en nueve meses y siguió a un incremento de 25.000 empleos en mayo, menos de la mitad de la cifra calculada inicialmente por el Departamento de Trabajo.
La ausencia de un crecimiento más robusto del empleo hizo que las remuneraciones de los trabajadores se estancaran en junio y eso limita el gasto de los consumidores que, en Estados Unidos, equivale a casi el 70 por ciento de la actividad económica.
El mes pasado el sector privado tuvo una ganancia neta de 57.000 empleos.
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