19 marzo 2017

Carpintero, un oficio que desaparece


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Cada vez son más los desafíos que enfrentan los carpinteros para mantener vivo este oficio. Con motivo de recordar su Día, que se recuerda este 19 de marzo y que se inspira en la figura bíblica de San José, contaron que sus principales amenazas son el desinterés de la gente por los muebles de madera y las exigencias que le impone la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT).

Uno de los carpinteros que aún queda en Cochabamba, Moisés Gutiérrez, trabaja en un taller familiar atendiendo pedidos. Dijo que hay preocupación porque cada vez hay menos demanda de muebles artesanales por la oferta de muebles importados de melanina que se venden a menor precio que los de madera.

Contó que gran parte de las máquinas que hay en su taller las construyó él para dedicarse a la carpintería. Sin embargo, reconoce que el sector es muy controlado y eso desalienta a los artesanos.

Dijo que, además, es un oficio muy arriesgado por la manipulación de máquinas, por ello, muchos carpinteros se lastiman, pierden dedos y se lesionan las manos.

“Tenemos lo necesario que son los lentes. Pero requerimos más para el uso de las máquinas que a muchos nos dejan sin dedos o el pintado con barniz, porque entra hasta nuestros pulmones. Es humillante trabajar así”, contó Gutiérrez.

Los carpinteros de la Asociación de Colcapirhua, ubicada en el valle bajo, contaron la difícil situación por la que atraviesan. Hacen muebles a pedido. Entre octubre y diciembre reciben entre dos y cuatro encargos. La situación es distinta en junio, cuando no tienen un solo pedido.

La situación de los talladores es peor. La moda de muebles minimalistas (totalmente rectos), ha hecho que no tengan trabajo por meses. Si bien esta labor demora más de cuatro semanas para entregar un producto, se trata de acabados artesanales que no existen en el mercado.

“Desde niño aprendí a tallar con el estilo de Luis XV, es decir, muy elegante. Pero se ha perdido mucho el mueble tallado. Ahora la gente busca muebles rectos. Muy pocas personas buscan algo específico y están dispuestas a pagar por ello. Por los muebles melamínicos se ha perdido la mano de obra artesanal”, lamentó un tallador, Fidel Jurado.

Sin embargo, los carpinteros indicaron que los muebles de melamina no tienen la calidad de los de madera. “Son desechables, duran poco y se destrozan”, dijeron.



Apoyo

Ante esta situación de inestabilidad, la Asociación de Carpinteros de Colcapirhua pide a las autoridades incentivar a este sector.

“Pagamos impuestos y a la Autoridad de Bosques por lo que prácticamente lo que ganamos es para ellos. Además, vienen a vendernos madera y al poco rato aparece la Autoridad de Bosques para decomisarla, porque dice que es ilegal”, declaró Gutiérrez.

Los carpinteros piden que les apoyen con mejores condiciones de trabajo y seguridad. Asimismo, solicitan un mercado para no tener que depender sólo de pedidos, sino poder producir y vender. Además, exigen un seguro contra accidentes por la exposición a la que se encuentran.

Los 120 afiliados a la asociación aseguran que tienen poco que festejar, pero seguirán luchando para que su sector no desaparezca.

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