El salario real se incrementó en más de 100% desde 2006, mientras que el salario nominal subió en casi 300%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Hasta 2005, el Salario Mínimo Nacional (SMN) era de 440 bolivianos, mientras que para 2016, éste llegó a los 1.805 bolivianos. Esto significó un incremento del 310% en el salario nominal.
Por otra parte, el salario real, calculado sobre la base del salario nominal, deflactado por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), creció en 103% desde 2006 hasta 2016.
Por ejemplo, en 2016 el SMN fue de 1.805 bolivianos y índice del IPC 166,8, de esa manera el salario real creció en 10,8%.
Según el Gobierno, estos incrementos, por encima de las tasas de inflación registradas en los últimos 10 años, además de reponer el poder adquisitivo de los trabajadores, han aumentado los ingresos de éstos y consiguientemente impulsaron la demanda interna.
Para Fernando Cáceres, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el impacto de los ajustes salariales sobre las empresas es importante, debido al efecto multiplicador de los mismos sobre los costos laborales. "Los incrementos salariales no se ven reflejados también en otros costos laborales, ya que los mismos afectan los cálculos de los aguinaldos, las indemnizaciones, los pagos de los seguros, AFP, subsidios y otros”, dijo.
Además, el aumento del SMN y el salario real han generado barreras de ingreso al mercado laboral para los jóvenes, debido precisamente al encarecimiento de los costos laborales. "Es decir, los empresarios que estamos tan apretados con nuestros flujos, nuestros gastos administrativos, están pensando dos veces antes de contratar a un nuevo trabajador, debido a los incrementos salariales y el costo que eso representa”, remarcó.
Explicó que ahora algunos empresarios prefieren firmar contratos cortos de seis meses o de un año, con todos los beneficios laborales, pero sin seguridad laboral, ya que estos contratos son temporales.
Esto limita, según Cáceres, por ejemplo la capacidad de estos trabajadores de obtener préstamos de la banca.
Respecto a la demanda interna, el presidente de la CNC sostiene que si bien se ha incentivado la compra de productos nacionales, al mismo tiempo el incremento en el poder adquisitivo ha impulsado a la importación y al contrabando.
El presidente de los empresarios privados, Ronald Nostas, dijo que los ajustes no mejoraron la productividad laboral.
Por su parte, el secretario de Finanzas de la Central Obrera Boliviana (COB), Óscar Tapia, indicó que el incremento del 103% en el salario real desde 2006 ha sido insuficiente, ya que no alcanza para cubrir la canasta básica familiar.
"Con el SMN no alcanza más que para cubrir los servicios básicos, dejando fuera los gastos de alimentación, de vestimenta y otros que los trabajadores deben cubrir de otra manera”, agregó.
Esto ha obligado a que más personas en el hogar deban trabajar. "Ahora no sólo el padre trabaja, sino que también la madre, los hijos mayores, hasta los niños deben salir a buscarse la vida, muchas veces en trabajos sin ningún tipo de beneficio y que puedan cubrir sus necesidades básicas”, expresó.
Para el dirigente, los salarios deberían crecer en pos de cubrir una canasta básica familiar, la cual, según cálculos de la COB, llega a los 8.309 bolivianos.
"El incremento debe tomar en cuenta la canasta”
"El incremento del salario real el los últimos años se ha traducido en una relativa mejora de la capacidad adquisitiva de los ingresos. Todavía se mantiene lejos de lo que significaría el tomar en cuenta una canasta básica familiar, que es lo que ahora los trabajadores están planteando en la discusión de los incrementos salariales.
Si uno hace una relación del promedio de los salarios en el sector privado en 2014, éstos se encontraban por los 3.600 bolivianos, pero traducidos al salario real, bajan a 1.700 bolivianos, es decir el valor efectivo de la capacidad de compra de los salarios.
Si tomamos esta cifra como promedio, está lejos de una canasta alimentaria, que con estimaciones del año pasado, llegaba a los 2.490 bolivianos, y mucho más lejos de una canasta básica familiar de 5.440 bolivianos y mucho más lejos de la canasta calculada por la Central Obrera Boliviana de 8.309 bolivianos.
Es necesario hacer esta relación para poder observar si este incremento en el salario real, efectivamente se está traduciendo en una mejora en las condiciones laborales, económicas y de vida de las familias de los trabajadores”.
Hasta el 52% de las fuentes de empleo son inestables
De acuerdo con Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), el 52% de los trabajadores asalariados desarrollan su actividad en fuentes laborales inestables.
"Más de la mitad de los trabajadores urbanos asalariados tiene un empleo inestable, es decir, trabajos eventuales, a tiempo parcial o con ciertos límites”, precisó.
El investigador señaló que en la mayoría de los casos, estos trabajos, por su misma naturaleza, no incluyen ciertos beneficios como aguinaldos o ciertos bonos de antigüedad.
"De esta manera estos trabajadores se constituyen en una fuerza laboral de menor costo para las empresas”, sostuvo Rojas.
El investigador indicó que esto se ha presentado a pesar de un fortalecimiento de la normativa laboral.
"La flexibilización laboral continúa por parte de los empleadores, que ahora ofrecen trabajos, en apariencia legales, pero que no brindan estabilidad a los trabajadores”, apuntó.
Por su parte, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Fernando Cáceres, sostuvo que, debido a los incrementos salariales de los últimos años, el sector privado no cuenta con la capacidad de absorber al total de la fuerza laboral que ingresa al mercado, razón por la cual se presentan este tipo de empleos eventuales o por temporadas.
Esto tiene un efecto en la capacidad de los trabajadores de acceder por ejemplo a préstamos de la banca, ya que al trabajar por temporadas no pueden cumplir los requisitos básicos.
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