El empleo juvenil continua en los ámbitos de la informalidad, la precariedad, condiciones adversas, bajos salarios y falta de beneficios sociales. Un 14,5% de los jóvenes se encuentran en situación de desempleo, el 55,7% tiene empleos informales y siete de cada 10 cuentan con empleos inestables, temporales o eventuales, con ingresos que no alcanzan ni para cubrir los alimentos básicos.
"La perspectiva de más y mejor trabajo para los jóvenes no cambiará en el corto y mediano plazo, porque seguirán generándose empleos de menor calificación, en el sector terciario y más precarios", aseveró Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario CEDLA en un foro organizado por la XIV Cátedra Libre de la facultad de ciencias sociales de la UMSA.
El gobierno ha desarrollado diversas políticas públicas y planes de generación de empleo digno para los jóvenes, como "mi primer empleo" y el "programa de apoyo al empleo", pero a pesar de ello los jóvenes siguen siendo uno de los sectores más perjudicados en relación al acceso empleo digno, dijo un reporte de CEDLA.
Este panorama revela que los jóvenes bolivianos en su gran mayoría trabajan en condiciones de informalidad, de mala calidad y escasa productividad, con salarios bajos, sin estabilidad ni perspectivas, sin protección social ni respeto de sus derechos. Todos estos factores alimentan los índices de pobreza y exclusión social a corto y largo plazo.
Un fenómeno que está presente a nivel internacional y se da con mayor intensidad en Bolivia es que el desempleo juvenil es tres veces mayor que el de los adultos, donde hay un porcentaje muy grande de jóvenes que no logran graduarse. Según el Censo 2012, casi el 50% de los jóvenes estudiaban y trabajaban y casi la mitad de ellos no recibía una remuneración por sus labores.
En 2011, 73 de 100 jóvenes ganaban menos de 1.792 bolivianos, agregó el estudio de CEDLA. Analistas señalan que para la creación del empleo en general, la economía debe crecer rápida y sostenidamente, fomentar e impulsar el desarrollo productivo y la industrialización del país, ya que las actuales condiciones obligan a los jóvenes a optar por los puestos menos remunerados y más precarios.
CEDLA propone iniciativas relacionadas a intervenir sobre la oferta y demanda laboral para impulsar la creación y contratación de jóvenes en puestos formales, iniciativas relacionadas a las políticas de protección social para trabajadores que se han desempeñado en la informalidad y por ende no acceden a la cobertura de los seguros.
En diciembre, el exministro de Trabajo, Daniel Santalla, informó que el financiamiento para programa de formación de jóvenes subió de 3,6 millones a 20 millones de dólares, con recursos del Banco Mundial (BM), destinados a capacitar a los jóvenes que no tienen posibilidades económicas. El proyecto "Empleabilidad e ingreso laboral para jóvenes" prevé apoyar a cerca de 15.000 bolivianos de entre 17 y 35 años de edad y tendrá una duración de seis años. El programa es diferente al Programa de Apoyo al Empleo (PAE), que se ejecuta con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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