En los últimos años, la estabilidad laboral en el sector público ha sido afectada por la creciente contratación de becarios, consultores bajo diversos tipos de contratos, que desmotiva a funcionarios de carrera, según un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).
“La antigüedad, lejos de ser reconocida como un mérito, es hoy motivo de discriminación”, señala el reporte. “Ese mecanismo ha sido reemplazado por la ruleta de las convocatorias externas, en las que el requisito es la renuncia previa. El valiente que aspira a un cargo superior debe renunciar a su seguro, sus vacaciones y todos sus beneficios acumulados, corriendo el riesgo de no aprobar la convocatoria; en el mejor escenario, si gana, de todas maneras debe empezar de cero en el nuevo cargo”.
Así, los “novatos” pasan a ganar súbitamente más que los “antiguos”, que en muchos casos deben resignarse al atropello. El resultado es una rotación de personal inédita en el sector público, según la red ERBOL.
Hubo casos donde funcionarios se presentaron a convocatorias, cumplieron los requisitos y aprobaron, pero una resolución del Servicio Civil les indicó que sus procesos fallaron y pasan a ser empleados “provisorios”.
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