Sin importar la actividad desempeñada, la necesidad de escalar a mejores oportunidades aparece en diferentes etapas de la trayectoria profesional. Un ascenso no cae del cielo, hay que ir tras él cambiando la forma de actuar en el trabajo.
En particular, entre los 30 y 40 años aumenta el deseo de obtener un cargo relevante. Por lo general, después de 3 a 5 años de ocupar un mismo puesto hay que buscar escalar, aunque eso no signifique que sea un movimiento ascendente, es posible incorporarse a nuevos proyectos y eso es una forma de promoción, indica la psicóloga y reclutadora laboral, Elsa Noriega. Leticia Hernández, psicóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y orientadora vocacional, menciona estos tres puntos para trabajar un ascenso.
Resolver un problema. Cuando un empresario se propone crear un negocio, su prioridad es identificar necesidades no resueltas en un mercado. El empleado debe pensar en cómo puede ayudar a resolver, más rápido o de mejor forma, una situación que tenga que ver con el trabajo diario y, por consiguiente, el producto final que se da al cliente de la empresa.
Andy Freire, autor del libro Pasión por Emprender, señala que para convertir una oportunidad en un proyecto (que te distinga) se puede seguir el método PPD (Precisar, Pensar, Desarrollar). Aplicando estos pasos al trabajo, fíjate en lo siguiente: ¿Qué es lo que tu departamento y jefe realmente necesita? Eso es lo que debes responder, y la manera más eficiente para lograrlo es preguntar y escuchar. Identifica con qué herramientas (conocimientos y habilidades) resolverás aquello que representa un problema y cumple lo prometido.
Aprendizaje y exigencia. los puestos estratégicos requieren más preparación. Si te llevas bien con el jefe, cuenta, pero en algún momento del ascenso, éste se deberá respaldar con destrezas y conocimientos, explica Hernández. Si volver a la escuela no es una opción para ti, hay otras maneras de obtener conocimientos que justifiquen un nuevo puesto o la incorporación a otros proyectos, como conocer y, si es posible, entrenarse en otras áreas en la empresa. Busca, además, cursos acordes a tu presupuesto que guarden relación con el objetivo en mente: escalar.
Llevarse bien. En dos de cada tres promociones, el factor determinante en esa decisión es la relación que tiene el empleado con el jefe, un mentor dentro de la organización y los compañeros, es decir, el indicador "relaciones sociales" tiene gran influencia, incluso más que los conocimientos o años en la compañía, subraya Noriega. Muchas veces, puntualiza, la gente se pregunta "por qué fue elegida otra persona y no yo", la respuesta está en las relaciones que supo construir en la empresa.
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