Quizá alguna vez hayas escuchado una historia de “terror” sobre una entrevista laboral. Esa situación no solo le pasa a terceros, tú también puedes ser víctima de los nervios, o carecer de las herramientas para vender mejor tu talento. Los errores, que quede claro, cuestan, y caro. Puede ser el adiós a la contratación.
En cuestión de errores, estas son algunas de las “peores” conductas de una persona con trayectoria laboral, de acuerdo con Gerardo Kanahuati, director regional de Hays México, firma especializada en reclutamiento y selección de mandos medios y alta gerencia.
No saber decir no. Si pienso en un ejecutivo que tiene entre 7 y 10 años de experiencia, uno de sus principales problemas se resume en: "dejarse llevar por todo y no saber decir no", afirma Kanahuati.
Hay candidatos que ante la pregunta ¿tienes disponibilidad para cambiar de residencia?, de inmediato dicen sí, temen que en caso contrario se les descarte del proceso.
Yo 'soy el mejor'. Demostrar en la entrevista tu marca personal y los valores que te diferencian, es lo deseable, sin exagerar. Así como las personas con poca experiencia pueden mentir sobre su trayectoria, los empleados experimentados suelen sobrevender virtudes.
Muchas veces, cuando se le cuestiona al entrevistado sobre sus fortalezas dan una lista interminable.
Ser arrogantes. En el momento en que una empresa permite postularse para un puesto, hay que ejercer la mejor actitud para demostrar interés y gratitud por la oportunidad. Pero ¿qué sucede cuando el que recibe a la persona no es el director de recursos humanos? La respuesta es que algunos candidatos optan por ser groseros y mostrar enojo ante la situación.
Tocar primero el tema salarial. El aspecto económico saca a relucir una falla garrafal en ciertos entrevistados. Estas personas pierden de vista lo importante, la posibilidad de ser contratado, y se enfocan en una negociación mercantil, que puede tornarse muy agresiva, explica el entrevistado.
Confianzudos. Esta aseveración parece no quedar clara en algunos casos, porque hay personas que pretenden tomar el control de la entrevista y le faltan el respecto al entorno y al trabajo que realiza el entrevistador.
Llegar a esta cita y tratar al reclutador como si fuera un amigo, contarle asuntos personales en lugar de hablar sobre las virtudes como empleado.
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