HABITOS SALUDABLES
EJERCICIO FÍSICO
Tener una buena dieta y hacer regularmente ejercicio físico es importante, pero existen otros
hábitos
con clara incidencia en nuestro estado de salud y que, sin embargo,
casi no se mencionan a la hora de revisar un estilo de vida
saludable. “Pasar 10 horas al día en un trabajo que nos resulta
insoportable puede ser mucho peor para la salud que alimentarse a base
de fast food”, señala Inés Montiel, médico y facilitadora del curso de
coaching de Salud de Tisoc.
Y añade: “La dieta y el ejercicio
son dos aspectos importantes pero no los únicos que determinan ese
concepto tan amplio que es la salud. Hablar de salud es hablar de
equilibrio y de bienestar”.
OTROS HÁBITOS
1. Duerme sin
estar pendiente del reloj. No se trata de dormir entre 7 y 8 horas
diarias, ni de acostarte antes de una determinada hora, sino de dormir
lo suficiente en cada caso. En esto del descanso no existen las reglas
estandarizadas ni los hábitos inamovibles. La clave es seguir los
dictados de nuestro cuerpo.
2. Piensa muy bien lo que piensas.
¿Qué tipo de mensajes te estás lanzando a ti mismo desde que te
levantas? Aunque no seas consciente de ellos, eres un reflejo inmediato
de lo que estás pensando y tu cuerpo reacciona constantemente a lo que
pasa por tu cabeza. Plantearse las cosas en positivo, relativizarlas y
pensar que tienes control sobre lo que te sucede son prácticas que hacen
que tu sistema inmunológico y aparato circulatorio estén más fuertes.
3.
Haz que la jornada de trabajo sea lo más agradable posible. Ocho horas
al día es mucho tiempo al cabo de toda una vida de trabajo. Te interesa
llevarte lo mejor posible con tu trabajo. Selecciona los aspectos de tu
vida profesional que más te gustan y piensa en ellos regularmente.
Saborea
y disfruta lo que te hace ser y estar mejor en tu trabajo. Así estarás
poniendo el foco en lo bueno y dejando en un segundo plano lo malo.
4.
Pregúntale a tu cuerpo lo que quiere comer. Comemos y bebemos más de lo
que necesitamos, y lo hacemos casi por inercia, sin disfrutar de la
comida y sin ser conscientes de si tenemos hambre o sed. Habrá días en
los que te apetezca una hamburguesa y otros en los que el cuerpo pida
alimentos frescos o incluso un poco de ayuno. Algo tan sencillo como
escuchar a tu cuerpo te puede llevar a realizar una auténtica dieta de
desintoxicación casi sin proponértelo.
5. Elige tus relaciones.
Curiosamente nuestra cultura nos prepara para elegir una de entre las 20
mermeladas, casi idénticas, del supermercado, pero no nos enseña a
discriminar las personas con las que nos relacionamos. Nuestra salud nos
agradecerá que elijamos conscientemente y bloqueemos aquellas que no
nos convengan. Para aquellas relaciones tóxicas que no podemos o no
queremos apartar de nuestras vidas, se pueden limitar los tiempos de
contacto y acortar los espacios de nuestros encuentros.
6. Asume
el control de tu salud. Tendemos a pensar que nuestro papel ante la
enfermedad es puramente pasivo y que cuando nos ponemos malos lo único
que podemos hacer es esperar y/o seguir los dictados del médico. Sin
embargo, en el área de la salud, como en muchos otros aspectos de la
vida, tenemos mucha más responsabilidad sobre lo que nos sucede de la
que nos gustaría.
Si elegimos cuidar de nuestro cuerpo seguramente nos recuperaremos mucho antes y enfermaremos menos.
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