Un estudio sobre el mercado informal señala que la inestabilidad laboral aumenta el número de personas que trabajan por cuenta propia, lo que genera una serie de actividades laborales unipersonales y familiares.
El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) investigó a los grupos sociales sin estabilidad laboral, donde fueron tomados en cuenta trabajadores por cuenta propia: unipersonales y familiares. Los propietarios de las micro y pequeñas empresas que operan hasta con cinco personas y los trabajadores dependientes que cumplen las labores de operarios, ayudantes, aprendices, familiares no remunerados y subcontratados.
Silvia Escobar, que trabaja en estos temas, argumentó que el subempleo visible contempla menos horas de trabajo y por lo tanto menos ingresos, con capacidades laborales subutilizadas por los comerciantes mayoritarios, donde el sector familiar ocupa el 25% y el semiempresarial llega al 13.7% de los paceños, realidad laboral que incrementa los sectores de bajos ingresos.
Estas formas de empleo abren paso al denominado subempleo, donde se acumula más horas de trabajo con bajos ingresos, donde el sector familiar llega al 62.3% y el semiempresarial al 57.1%, representado por vendedores ambulantes, que se ubican en los mercados y calles céntricas de la sede de Gobierno.
Otro de los efectos que deja la nueva realidad laboral es la falta de amparo a los trabajadores. Respecto a este tema el sociólogo Bruno Rojas advirtió de la alta desprotección social de las nuevas formas de empleo, con aporte a largo plazo de 7.3%, que contempla al sector familiar con 1.4% y el semiempresarial con 16.9%; no es difícil inferir que menos de 10 de 100 ocupados cuentan con seguro de salud.
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