La Federación de Juventudes ‘Zárate Villca’ informó ayer que de cada 10 jóvenes y señoritas de El Alto sólo dos cuentan con una fuente de empleo regular mientras que el restante trabaja de manera informal.
Los datos fueron arrojados por un estudio socializado por parte de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Pública de El Alto con la finalidad de conocer la realidad económica–social de los jóvenes que viven en esta ciudad.
La observación realizada por parte de la organización asegura que la mayoría de los jóvenes que realiza trabajos informales se encuentra distribuyendo volantes, vendiendo caramelos, ropa, en servicios de internet, venta de celulares, zapatos, entre otras labores en puestos de venta, donde no gozan de ningún beneficio social.
“Por lo tanto, esta cantidad de jóvenes y señoritas no logra acceder a un empleo adecuado siendo esta una de las problemáticas sociales que las autoridades del Municipio, la Gobernación y otras instancias, hasta el momento, no están atendiendo con la generación de nuevos empleos”, explicó.
MIGRACIÓN
La segunda observación lograda luego de la encuesta de la mencionada carrera universitaria señala que de cada 10 jóvenes y señoritas seis asumen la determinación de migrar a otros países vecinos con la finalidad de poder mejorar sus ingresos económicos, aunque no puedan acceder a una formación superior en su educación.
“Por la encuesta, la migración de los jóvenes se presenta más a países como Argentina, Chile y Brasil, llegando a identificarse un incremento de más del 35% al país de Chile, donde los trabajadores de diferentes rubros, como textileros, son ayudantes, meseros, entre otros oficios de empleos menores”, explicó.
El informe da cuenta que la mayoría de las migraciones de los adolescentes surgen en temporada de invierno y en vacaciones de fin de año, donde los jóvenes y señoritas migran con la finalidad de poder obtener ingresos económicos para continuar pagándose los estudios del próximo año.
La ausencia de estabilidad laboral y falta de nuevas fuentes de empleo genera como resultado mayor migración de mano de obra no calificada que es ofertada en otros países. A ello se suma, por ejemplo, los nuevos profesionales, quienes a pesar de tener un título profesional, el mismo no se convierte en garantía alguna para poder obtener un empleo digno, estable y favorable a la inversión educativa que pudo realizar el afectado.
“Existe también, tanto en el ámbito del comercio como en las migraciones constantes, nuevos profesionales, quienes al no obtener una fuente de empleo en base a la profesión obtenida, buscan ingresos económicos en el sector informal o buscan empleo de obreros en otros países, pese a ser abogados, ingenieros, entre otros”, indicó.
Muchos de los nuevos profesionales reconocen haber ingresado a militar al partido de gobierno con la finalidad de poderse acomodar en algún empleo estatal, pero este propósito no se cumple desde el 2010, razón por la que ellos lamentan que los espacios de nuevos profesionales y la creación de nuevos empleos sólo quede en el discurso y no en la práctica social del país.
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