El Centro de Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) cumple 30 años de vida institucional este año. La misión de esta organización es, que a través del conocimiento, contribuir a fortalecer la acción política de los trabajadores urbanos y rurales para la superación de las relaciones sociales de subordinación y dominación. Javier Gómez Aguilar, director ejecutivo de esta institución, es nuestro Protagonista de este martes. Gómez es economista de profesión con estudios en Córdoba, Argentina. Trabajó varios años en el campo de la investigación socioeconómica y estudios sobre el desarrollo. Viene trabajando en el Cedla desde 1999 y ejerce el cargo de director desde 2007.
¿Cómo nace el Cedla y cuál es su aporte a la investigación en Bolivia?
J.G.A.: El Cedla, como un centro de pensamiento y generación de conocimiento acordado en los intereses de los trabajadores, nace formalmente como institución sin fines de lucro el 21 de enero de 1985, su génesis data de un par de años antes, cuando un conjunto de profesionales de las ciencias sociales comenzó a trabajar en un proyecto colectivo.
¿Qué destaca en los 30 años que lleva adelante esta institución?
J.G.A.: El Cedla ha mantenido en estos 30 años su compromiso con los intereses de las y los trabajadores y ha desarrollado alrededor de 1.000 publicaciones, en el campo socioeconómico y laboral. En su historia ha enfrentado el descontento de los gobiernos de turno, por los análisis críticos sobre las políticas públicas implementadas. Por ello, es reconocido como un centro de pensamiento en Bolivia y en el exterior, basado en la rigurosidad científica, independencia política partidaria y por la relevancia social de sus estudios.
El tema laboral y agrario son campos importantes de sus investigaciones, ¿En qué otros campos incursionan?
J.G.A.: Cedla estudia el mundo del trabajo y en ese sentido su campo de estudio es la economía y la sociedad. Estudiamos las transformaciones sociales en mundo rural y en el urbano, y cómo impacta sobre las relaciones laborales, los derechos, sus luchas y la vida concreta de las y los trabajadores. La configuración de economía nos obliga a estudiar el campo de la minería, los hidrocarburos y el bosque.
¿Cuáles son los problemas sociales en bolivia?
J.G.A.: La vigencia de la lógica mercantil capitalista en el conjunto de las políticas centrales del gobierno del MAS, a pesar de la altisonancia de su discurso "anti-capitalista", se concreta en la pervivencia del capitalismo atrasado con todas sus secuelas de explotación laboral, precarización de las condiciones de vida y marginalidad social de muchos conciudadanos, en particular de los trabajadores.
¿Cómo ven la situación del desempleo en Bolivia?
J.G.A.: El desempleo abierto urbano es uno de los termómetros de la precariedad laboral creciente en el país. Según los datos para el eje central urbano y El Alto, la tasa de desempleo abierto en el período 2008 - 2011 disminuyó relativamente, luego de haber mostrado en la primera década del siglo XXI un comportamiento general hacia el incremento que bordeó los dos dígitos. De acuerdo a otros estudios, la disminución relativa de la tasa de desempleo se habría debido a la mayor migración de bolivianos al exterior y al desaliento creciente de las personas que buscan trabajo y pasaron a refugiarse en la inactividad económica y no así por efecto de las políticas públicas.
¿Cuáles son las edades a las que afecta más?
J.G.A.: La otra cara del desempleo es que este flagelo continuó afectando en mayor medida a los jóvenes de 15 a 24 años, mujeres, población con mayor nivel educativo y a los más pobres. Por ello en 2011 la tasa de desempleo en jóvenes de 20 a 24 años fue del 14,5%, casi el doble de la tasa general; la de las mujeres, 9,5%; la de la población con mayor grado educativo, desempleo ilustrado, fue de 10,5% y la tasa que afectó a los más pobres fue de 12,7%. Esta dimensión del problema no es revelada por el oficialismo.
El salario actual, ¿alcanza para vivir?
J.G.A.: No. Y el salario mínimo nacional es una muestra clara de la política de contención salarial vigente, porque refleja los bajos salarios que perciben los trabajadores en varios rubros y sectores de la economía boliviana. Si bien casi se triplicó nominalmente, de Bs 500 en 2006 a 1.440 Bs en 2014, no ocurrió lo mismo con su capacidad de compra, por efecto de la inflación acumulada. Mientras que el 2006 no alcanzaba para cubrir ni la mitad del costo de una canasta familar, en 2014 se logró llegar a alrededor del 65%.
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