16 noviembre 2015

Sucre es la ciudad más expulsora de niños y adolescentes trabajadores


SIN PERSONAL

Según la Defensoría del Pueblo, ni las defensorías municipales ni el Ministerio de Trabajo tienen personal para atender problemas laborales de niños y adolescentes trabajadores.

Sucre es la ciudad que más niños, niñas y adolescentes expulsa a las ciudades del eje central del país para que realicen labores en las casas como trabajadoras del hogar o vendedores de comercios. Sin embargo, el 90% no recibe como pago un salario mínimo nacional de Bs 1.656 como señala la norma. Ni las Defensorías municipales ni el Ministerio de Trabajo tienen los recursos humanos y logísticos para garantizar el respeto de los derechos laborales.

Estas conclusiones corresponden a un estudio “Sobre el trabajo doméstico de niños, niñas, y adolescentes trabajadores en hogares de terceros en Bolivia” llevado adelante por el Ministerio de Trabajo en las ciudades de Sucre, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto, mientras que la última afirmación es una constatación de la Representación Departamental de la Defensoría del Pueblo – Chuquisaca.

El especialista en Erradicación progresiva de trabajo infantil del Ministerio de Trabajo, Yuri Ayaviri, dice que la mayor parte de los niños y adolescentes que salen de Sucre por motivos laborales se van a trabajar a Santa Cruz, aunque también a La Paz y Cochabamba en menor proporción.
De hecho, el estudio refiere que las amas de casa prefieren contratar a niñas y adolescentes de Sucre porque son “obedientes”, mientras que califican a las provenientes de La Paz o de la misma ciudad de Santa Cruz como “malcriadas”.

Empero, a decir de Ayaviri, la lectura de los resultados del estudio no deben quedar ahí, sino que es necesario “hilar más fino” y concluir que los niños, niñas y adolescentes de Sucre que salen a trabajar son más “obedientes” porque no conocen de sus derechos laborales. “No saben cuánto es el salario mínimo nacional, no conocen que tienen derecho a vacaciones y por eso no dicen nada”, complementa.

Un conocimiento diferente de sus derechos laborales tienen los niños y adolescentes de la Paz, Cochabamba y Santa Cruz, que al momento de pactar un empleo reclaman el cumplimiento de los mismos.

EL ESTUDIO
El Ministerio de Trabajo con la cooperación de instituciones como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Federación Nacional de las Trabajadoras del Hogar levantó un estudio “Sobre el trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros en Bolivia”.

El estudio se centró en las ciudades de Sucre, La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz con una muestra de 1.900 encuestas. Sólo en Sucre se levantaron 386 encuestas.

DESPROTEGIDOS
Pese a la promulgación de normas que favorecen y en cierta manera garantizan el cumplimiento o respeto de los derechos de los niños y adolescentes, en los hechos están desprotegidos, sostiene la representante Departamental de la Defensoría del Pueblo, Juana Maturano.

Manifiesta que las Defensorías municipales de la niñez y adolescencia que deberían hacerse cargo de velar por los derechos laborales apenas pueden ocuparse de atender quejas y denuncias de maltrato físico y psicológico.

Maturano atribuye esta situación a la falta de personal y al apoyo logístico de las autoridades municipales. “Con lo que se tiene no es posible cumplir lo que manda la ley”, admite.

En estas circunstancias, sugiere replantear las condiciones de servicio que ofrecen las defensorías y el mismo Ministerio de Trabajo para garantizar los derechos laborales de niños y adolescentes.

En los últimos años se avanzó bastante en el tratamiento y promulgación de normas en el país, con el propósito de erradicar el trabajo infantil, pero hasta ahora no se ponen en marcha acciones que vayan en esa dirección.

Desde el Ministerio de Trabajo se anunció que próximamente se activará un plan quinquenal destinado a erradicar el trabajo forzado, peligroso y la explotación laboral de los niños, niñas y adolescentes.

90% DE NIÑOS Y ADOLESCENTES NO CONOCEN SUS DERECHOS POR FALTA DE INFORMACIÓN Y ORIENTACIÓN
El 90% de los niños y adolescentes trabajadores en labores domésticas no reciben como pago por sus servicios un salario mínimo nacional de Bs 1.656, como dispone la norma.

Esto pasa, según los personeros del Ministerio de Trabajo, Ingrid Alarcón, especialista de Género y Yuri Ayaviri, especialista en erradicación progresiva del trabajo infantil y adolescente, porque el mismo porcentaje de encuestados dice desconocer sus derechos.

Una prueba de ello es, que cuando las familias llevan de viaje a las niñas y adolescentes trabajadoras, contabilizan esos días como días de vacaciones, pese a que continúan prestando el mismo servicio de atención a la familia.

Ante estas circunstancias, Ayaviri sostiene que es importante trabajar en la información y educación de los derechos, y una de las acciones es socializar el resultado del estudio "Sobre el trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros en Bolivia".

¿Hay alguna institución que se debe hacer cargo de la formación en derechos laborales de los adolescentes?
La especialista en Género del Ministerio de Trabajo, Ingrid Alarcón, sostiene que este no es tema de una institución específica, sino de toda la sociedad y de sus instituciones en conjunto.

Alarcón manifiesta que el empoderamiento de los derechos es un asunto que debe alcanzar a las escuelas y colegios, a los padres de familia y maestros. “Es una cuestión de educación básica”, recalca.

De hecho, pareciera que en la actualidad el tema de los derechos laborales no es abordado en las unidades educativas, pues el estudio señala que del 100% de niños y adolescentes encuestados de las ciudades de Sucre, La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, el 75% asiste a las escuelas y colegios.

Si bien ese porcentaje asiste a un centro de educación, el 90% desconoce sus derechos, lo que demuestra que no se está trabajando en el empoderamiento de los derechos laborales de niños y adolescentes.

EDUCACIÓN EN EL HOGAR
Ayaviri, por su parte, hace hincapié en que la educación laboral también se debe impartir en el hogar. Qué tipo de ciudadano se puede educar, si en caso se enseña que las trabajadoras del hogar deben comer lo peor, cuestiona. “No se debe olvidar que el día de mañana nuestros hijos estarán en posición de emplear”, apunta.

DETERMINANTES PARA TRABAJAR
Hay 64 determinantes por las cuales un niño, niña y adolescente se siente “motivado” a trabajar. Entre ellas están las razones económicos, de independencia, familias disfuncionales o por el simple hecho de satisfacer un “lujo”.

En Sucre, el 57% de los niños, niñas y adolescentes que se dedican a trabajan son de la misma ciudad mientras que el 40.9% provienen de las provincias, lo que demuestra que hay un alto porcentaje de migrantes que salen de sus casas para “ganarse la vida”.

La especialista en Género del Ministerio de Trabajo, Ingrid Alarcón, dice que otro dato que llama la atención del estudio “Sobre trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros en Bolivia” es que el mayor porcentaje de niños que se emplean en Sucre están comprendidos entre los nueve y diez años de edad.

El comportamiento de datos señala que el empleo de los niños y niñas inicia a los seis años y va ascendiendo paulatinamente hasta los nueve años y después de los 11 empieza a decaer.

La representante Departamental de la Defensoría del Pueblo, Juana Maturano, sostiene que son los niños, niñas y adolescentes en condiciones laborales son víctimas de la explotación.

Recuerda que la ley sólo permite el trabajo de niños y adolescentes con empleador de los 14 a 18 años, pero que en los hechos hay niños de corta edad que al estar en una casa ajena, ya dependen de un patrón.

La Ley de la Niñez y Adolescencia sólo permite el trabajo de los niños entre los diez y 14 años de edad cuando lo hacen por cuenta propia y no dependen de un empleador; por ejemplo, una vendedora de pastillas o un lustrabotas.

La norma establece la prohibición de toda forma de trabajo de los niños menores de diez años, pero el estudio que se realizó en cinco ciudades del país establece que un poco más del 25% de niños menores de la edad referida se encuentran realizando una actividad laboral por cuenta propia o bajo alguna forma de dependencia laboral.

VARONES OCUPAN LA MAYOR PARTE DE LOS TRABAJOS EN EL HOGAR
En Sucre, el 51.7% de los trabajos en los hogares es copado por los varones, mientras que el 40.9% por las mujeres.

Para el Ministerio de Trabajo que realizó el estudio “Sobre trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros en Bolivia”, el resultado es atípico en comparación con las ciudades de El Alto, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba donde también se levantaron datos.

De hecho, dice la especialista en Género del Ministerio de Trabajo, Ingrid Alarcón, la ocupación de las fuentes laborales más por varones que mujeres se debe al tipo de trabajo que realizan: limpieza, construcción, venta en los negocios, carpintería y mecánica.

En esa línea, Alarcón informa que el 20.1% de la mano de obra de niños, niñas y adolescentes de Sucre está dedicado a la construcción, mientras que en contraste en las ciudades de El Alto y Cochabamba la mayoría de dedica a trabajar en el comercio.

En Sucre, según el resultado del estudio, el comercio es la segunda actividad laboral a la que se dedican niños y adolescentes con el 16,8%; luego se ubica la actividad agrícola con el 12.1%. Más abajo recién aparece las labores de casa con el 8.1%.

Con estos datos, el trabajo de hogar de niños y adolescentes en Sucre prácticamente resulta “invisibilizado” por otros rubros debido, sostiene Alarcón, a que una buena parte de las mujeres prefiere ir a trabajar a Santa Cruz. No por nada, uno de los resultados que arrojó el estudio es que la ciudad de Sucre es la principal expulsora de mano de obra para el trabajo del hogar.

Otro de los factores que podría estar asociado para que haya un alto porcentaje de niños y adolescentes trabajando en casas en diferentes rubros es la relación de “padrinazgo”.

De hecho esta forma de captación de mano de obra se constituye de una forma “muy sutil” de trata y tráfico de personas, pues no se debe olvidar que una de las características de este tipo de delito es la explotación laboral.

Dentro de la práctica laboral de los niños y adolescentes se tiene que unos se emplean cama adentro y otros cama afuera, dice el especialista en erradicación progresiva del trabajo de niños y adolescentes del Ministerio de Trabajo, Yuri Ayaviri, al señalar que una de las peores formas de explotación laboral en menores de 18 años se manifiesta con el empleo cama adentro.

FRASE
"Me trataba normal… pero hacía diferencias entre ella y yo, digamos en comida, por ejemplo: me daban un plato todo desportillado y me decía, este plato es para ti y no puedes usar otro plato, estas cucharas son para ti; o sea, los más viejos que daban, la comida que hacían sobrar ellos en la mesa, claro yo veía, como yo cocinaba, guardaban lo que sobraba en los platos en el refrigerador y al día siguiente eso me daban de comer…” (María, 18 años). Testimonio extractado del estudio Sobre trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros en Bolivia.

"Si pido me dan vacaciones, pero casi no les pido porque no me pagarían y además a dónde voy a ir… así que mejor me quedo trabajando nomás…” (Mariela, 16 años). Testimonio extractado del estudio Sobre trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros en Bolivia.

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