Entrar a trabajar apenas amanece y volver de noche. Notar que la concentración disminuye según pasan las horas, a medida que avanza la semana. Llegar a casa, previa escala en el supermercado, y apenas tener tiempo de hacer tareas domésticas y dormir para volver a la rueda laboral el día siguiente.
¿Pasamos demasiado tiempo en el trabajo? ¿Nos hace eso infelices y menos productivos?
El debate está cada vez más presente.
En los últimos tiempos se han preguntando lo mismo voces tan dispares como el gobierno de Suecia, algunas de sus empresas, el magnate mexicano Carlos Slim o la multinacional japonesa Toyota.
Las personas que han experimentado jornadas laborales más cortas mencionan como una de las ventajas pasar más tiempo con sus seres queridos.
Todos ellos han comenzado a experimentar con una marcada reducción de la jornada laboral para ver qué efecto tiene en sus trabajadores.
Es decir, si se encuentran más relajados y si eso repercute positivamente en los resultados de las empresas.
¿Seríamos no solo más felices, sino también más productivos con jornadas de seis horas al día o trabajando solo tres días a la semana por el mismo salario?
El estrés laboral tiene un costo. La Organización Internacional del Trabajo calcula que hasta un 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de las naciones se pierde por esa causa y todo lo que conlleva: menor productividad, más ausentismo, trabajadores que rinden menos…
Y la excesiva duración de las jornadas laborales es uno de los factores más importantes que incrementa ese estrés.
Eso es algo que parece tener claro la directora de arte sueca, Erika Hellstrom (34 años), quien después de años de cumplir jornadas interminables comenzó a trabajar en una de las empresas suecas que está experimentando con turnos de seis horas al día. "Para mí es absolutamente fantástico", le dice, risueña, a la BBC.
En su empresa llevan experimentado jornadas de seis horas desde septiembre. "Tengo más tiempo para hacer deporte, salir al aire libre mientras todavía es de día o para hacer trabajos en mi jardín", dice.
Pasa más horas con amigos y familiares y se confiesa "mucho menos estresada" desde que vio acortada su jornada.
Los empleados están contentos, parece. Pero, ¿y su jefe, Jimmy Nilson, CEO de la compañía Background AB? Como la medida solo se aplica desde septiembre, aún no se pronuncia de forma rotunda.
Pero dice darse cuenta de que "es difícil concentrarse en el trabajo durante 8 horas". Siente que "con seis horas" los empleados están "más centrados y realizan sus tareas más rápido".
La pregunta en Suecia es tan candente que se ha decidido realizar un experimento controlado en dos departamentos en un hospital en Umea, en el norte del país, y en la planta de cirugía del Hospital Universitario Sahlgrenska, en Gotemburgo.
Y el experimento más detallado hasta la fecha se lleva a cabo desde febrero en una residencia de ancianos en el oeste del país.
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