La investigación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) evaluó indicadores como oportunidades de empleo, seguridad social, remuneración adecuada, jornada laboral y erradicación de trabajo infantil y esclavo. Y aunque destacó la marca en cuanto a tasa de formalidad laboral -trabajadores con acceso a seguridad social-, advirtió que persisten desigualdades salariales para las mujeres y los negros.
De acuerdo con el informe, Brasil logró por primera vez, en 2009, que un 54,3 por ciento de los trabajadores tuviera un empleo con acceso a seguridad social, pese a sufrir los efectos de la crisis financiera.
"Entre 2003 y 2010, fueron generados en Brasil 15,3 millones de puestos formales de trabajo, con la gran ventaja de que muchos de ellos fueron creados en las regiones más pobres", destacó José Rivero, coordinador del estudio. "A pesar de esa evolución extremadamente positiva del empleo formal, es necesario enfatizar que la informalidad todavía era una realidad en 2009 para casi la mitad de los trabajadores brasileños, siendo todavía más acentuada entre mujeres y negros", recordó.
A diferencia de la austeridad aplicada en Europa, Brasil se inclinó por una política de estímulo a la producción y el consumo que le permitió llevar el desempleo al 6 por ciento en 2011, su tasa más baja. Al mismo tiempo, mantiene sus subsidios a los más pobres.
El organismo analizó, además, las diferencias salariales por género y raza. En 2009, las mujeres recibían, en promedio, un 30 por ciento menos de remuneración que los hombres por realizar el mismo trabajo, y la discriminación era mayor conforme aumentaba el nivel de escolaridad. Asimismo, en 2009, los negros -que junto a los mulatos conforman la mayoría de la población brasileña- recibían un 40 por ciento menos de paga que los blancos, y la diferencia era mayor con respecto a las mujeres negras, indicó la OIT.
También encontró diferencias en la jornada de actividad entre hombres y mujeres. En promedio, una mujer trabaja menos horas a la semana que los hombres (36 horas contra 43,4 horas, respectivamente) pero si se incluyen los quehaceres domésticos -un 90,7 por ciento realiza ambas tareas- la diferencia es de 58 contra 53 horas.
Asimismo, la OIT destacó la lucha de Brasil contra el trabajo infantil y esclavo, descrito este último como sometimiento laboral bajo condiciones denigrantes de salud, alimentación y alojamiento y con salarios por debajo del mínimo (unos 308 dólares). "Entre 1995 y 2011, 41.806 personas fueron liberadas de situaciones de trabajo análogo a la esclavitud; un 85,8 por ciento de ellas (35.715), entre 2003 y 2011", sostuvo Rivero.
Fuente: AFP
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