La somnolencia y el cansancio diurnos esporádicos, como consecuencia de haber dormido mal una o dos noches, no debería ser motivo de preocupación, salvo si conduce o realiza trabajos que requieren máxima vigilancia. La somnolencia merece especial atención cuando se hace crónica y comienza a afectar nuestra salud y calidad de vida. Cansancio extremo y constante, irritabilidad y déficit cognitivos, como dificultad para concentrarse y mala memoria, son algunas de sus consecuencias.
Por qué nos ataca la somnolencia Las causas de somnolencia son varias y su grados de gravedad, varían.
Entre las más comunes se encuentran: las restricciones auto impuestas en cuanto al número de horas de sueño, tanto por las presiones sociales como las económicas (salir de noche hasta tarde o trabajar en casa con el ordenador pasada la medianoche, aunque haya que levantarse a las 7); los horarios cambiados que exigen trabajar de noche y dormir de día (algunas personas nunca se adaptan a este ritmo patas arriba y están siempre somnolientas); problemas de la respiración, como apnea y ronquidos (éstos pueden despertar a quien ronca pero también a quienes duermen a su alrededor.
Sin sueño
El insomnio, --del latín- “no sueño”-- es una de las causas más comunes de la somnolencia y el cansancio extremos durante el día.
El insomnio acontece cuando sobreviene un factor que crea estrés, o estresor. Éste puede ser cualquier situación fuera de la rutina, tanto positiva como negativa. La preparación de un acontecimiento, una celebración o un nuevo trabajo, un cambio de horario, un duelo, problemas personales… También depende de la edad, el sexo, la personalidad; hay muchas variables.
Tratamiento
El insomnio aparece como una adaptación a una nueva situación. Si pasados unos días el estresor en cuestión desaparece, el insomnio también tiende a desaparecer. Pero si nuestra respuesta al insomnio es inadecuada, como cuando permanecemos en la cama a pesar de no poder conciliar el sueño.
El tratamiento engloba medidas farmacológicas con distintos mecanismos de acción y medidas cognitivo-conductuales. Algunos pacientes únicamente necesitarán de medidas psicológicas. De no ser así se añadirá medicación, como hipnóticos, antidepresivos, ansiolíticos o melatonina, que se irá retirando gradualmente… Si la causa es una enfermedad, tratarla será suficiente para que el insomnio remita.
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