L a lucha de poder en el trabajo es constante, pero qué sucede cuando se convierten en celos, que en el espacio laboral pueden ser destructivos. Las situaciones se pueden dar entre colegas o superiores, en cualquier caso, pueden significar una amenaza tanto para la víctima como para la persona celosa. La psicología desde un punto más técnico y profesional, explica que los celos son un mecanismo natural de defensa de un individuo ante la consciente y concreta amenaza de perder algo. Este sentimiento en el y por el trabajo son frecuentes, dice el sicólogo Raschid Guardia y "no vienen solas ya que la envidia también la acompaña". Esta situación se da en algunas personas que consideran que han nacido en su trabajo y se sienten amenazadas con la presencia de otro profesional.
El porqué de la actitud. El psicólogo enfatiza que los celos laborales son el resultado de la inseguridad por parte de la otra persona en relación a la fuente laboral, ya que sienten que su puesto está peligrando "Lo que se tiene que hacer en esta situación es tratar de hacer mejor el trabajo y confiar en nuestras capacidades", resalta.
Difamaciones y trampas. Las difamaciones y las trampas pueden ser un arma que la persona celosa utilice en contra de otra para manchar su imagen. Puede optar por sabotear el trabajo del colega, desaparecer informes o documentos importantes. Otra conducta característica es que trata de hacer quedar mal a toda costa a la otra persona, creando chismes, puntualiza el psicólogo.
Cuando es víctima de celos. Lo primero que se tiene que hacer, advierte Guardia, es dar a conocer por escrito a las autoridades sobre la situación por la que está pasando. La empatía para afrontar esta situación es fundamental. Si los celos son crónicos y difíciles de manejar, peor aún si se trata de celos superiores, la víctima tiene que hacer conocer el trabajo para que otros no se lleven los méritos, explica Guardia.
Falta de confianza en el trabajo. La fuente laboral para muchos es donde encuentran satisfacciones y cubren sus expectativas o deseos de prosperar. Sin embargo, para otros, indica Guardia, se convierte en un calvario puesto que "no se sienten seguros de sus capacidades".
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