La imaginación desbordante de los empleados se pone en marcha cuando se trata de encontrar buenas excusas para no ir a trabajar, tal como constató un sondeo del sitio de empleos en línea CareerBuilder.
El regreso del frío al hemisferio norte generó la habitual ola de resfríos y gripes, pero si bien algunos están realmente en cama por un virus, otros sufren sobre todo de pereza aguda. Como el empleado que explicó haber sido “mordido por un pájaro”, o el que dijo que se enfermó “a fuerza de leer demasiado”.
También se recurre con frecuencia a los accidentes domésticos: “quise teñirme el pelo yo misma y se volvió naranja”. O “estaba demasiado borracho como para accionar el test de alcoholemia antiarranque de mi auto”. Y por si fuera poco, otro apeló a una excusa infalible por lo rara: “el cuerpo de mi abuela fue exhumado por la Policía”.
Los animales son al parecer un buen justificativo: además de la mordida aviar, una persona justificó su ausencia por la depresión nerviosa de su perro, y otro por una crisis de hipo de su gato... e incluso un zorro fue acusado de haber robado las llaves del auto.
El cine es otro clásico. Así, un aficionado al séptimo arte explicó que quedó con el corazón destrozado por una película, en tanto otros se dijeron tan conmocionados por un filme que tuvieron que quedarse en su casa.
CareerBuilder, sin embargo, le da la palma al desempleado que dijo haberse olvidado de tener un nuevo trabajo. Sin hablar de una empleada que, lamentablemente, descubrió que no había ganado la lotería como pensaba...
Con un poco más de seriedad, el sitio cita las causas reales de la ausencia de los trabajadores estadounidenses: el 34% simplemente no tiene ganas de ir a trabajar, el 29% necesita distenderse y el 22% aprovecha para ir al médico. Según la encuesta del sitio, el 70% de los jefes de empresa consultados ya echó a un empleado por ese motivo.
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