La crisis de deuda provocará la pérdida de 7 millones de trabajos el próximo año, según se desprende de los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentados ayer en Tokio por su director general, Guy Ryder, durante la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Así, si las naciones industriales no adoptan medidas decisivas, el número de desempleados se elevará a 207 millones en todo el mundo. Hasta ahora la OIT contaba con la pérdida de 4 millones de empleos en 2013.
Desde el inicio de la crisis, hace cuatro años, se perdieron 30 millones de empleos, según el organismo de Naciones Unidas. Según Ryder, también es alarmante el hecho de que 900 millones de personas vivan en la miseria a pesar de tener un trabajo, al quedarse por debajo del umbral de pobreza de dos dólares por persona y día.
Ryder advirtió que "el constante crecimiento por debajo de la media y la proliferación del desempleo tienen consecuencias catastróficas para miles de millones de personas y naciones enteras".
El director de la OIT consideró preocupante que un tercio de personas sin empleo sean menores de 25 años. Advirtió que medidas de ahorro demasiado estrictas en países del euro, y otras naciones afectadas por la crisis, harían más profunda la recesión y provocarían más daños que beneficios. "La consolidación financiera sólo es sostenible si va de la mano de una responsabilidad social y un reparto justo de las cargas", dijo.
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