A Isabel le llegaron los 40 años con la mala noticia de que las empresas suelen contratar en sus filas a personas de entre 20 y 30 años. Nunca pudo ubicarse en el mercado laboral y ahora que el tiempo ha hundido sus huellas en ella, teme que las puertas de un trabajo estén más cerradas que nunca. Pero no ha perdido las esperanzas, y por eso está sentada en una silla de una agencia de empleo, esperando que hoy sí sea contratada para lavar ropa, cocinar, o para cualquier otra cosa.
Pero Isabel no es la única que siente que la edad es una barrera para llevar el pan del día a casa. Según empresas que se dedican a atender recursos humanos para incorporar al mercado de trabajo, y otras instituciones que estudian el fenómeno del desempleo, aproximadamente el 80% de las empresas en Bolivia demandan personal menor a los 37 años; después de los 40 años, la demanda se reduce a un 20%.
“Existe la tendencia a buscar personal joven, las empresas prefieren apostar por recién titulados, dejando de lado un talento que muchas veces resulta desperdiciado”, afirma Denise Hurtado, gerente de Asfade, corporación que recepciona oferta laboral y la inserta en las empresas que necesitan contratar nuevo personal.
Hurtado, que se ha especializado en el sector, revela que resulta menos complicado conseguir empleo a quienes tienen entre 20 y 30 años, porque las empresas consideran que ellos ya cuentan con algo de experiencia, formación y a la vez son considerados talentos fáciles de moldear.
“Entre los 45 y 60 años, las opciones se reducen a consultorías o asesoramientos externos”, afirma Hurtado. Cada mes, Asfade, solamente en Santa Cruz, recibe 1.000 currículos de personas sin empleo, y 2.300 en todo el país.
También asegura que Asfade propicia escenarios que permitan insertar a profesionales con más de 40 años de edad y que no exista discriminación respecto a la edad con los postulantes. “Incluso nuestros avisos de reclutamiento nunca mencionan edad ni género”, asegura.
Asfade no es el único lugar donde la gente va a soñar con un trabajo. A la calle Monseñor Salvatierra, donde existen 10 agencias de empleos, acuden cada día por lo menos 200 personas en busca de un trabajo. “El 20% de quienes pueden dar un empleo prefieren personas mayores de 40 años de edad”, cuenta Isabel Colque, administradora de una agencia de empleo. Afirma que la gente prefiere contratar a personas de entre 20 y 35 años.
En la vereda de una agencia de trabajo está Rosa Flores; tiene 50 años, pero parece mayor. “He venido en busca de un empleo”, dice y su voz sale despacio por sus labios que se arrugan cuando los mueve y le sirven para manifestar lo mal que la está pasando. “Hace 15 días que me siento aquí a partir de las ocho de la mañana. Soy lavandera, pero las amas de casa prefieren a una joven antes que a mí”, dice preocupada.
Sabrina Lenis, de la agencia Cecilia, dice que los empleadores prefieren a gente joven para aprovechar la fuerza física de quienes se ofrecen para trabajar en diferentes trabajos. “Para lavar ropa, para construir edificios y casas, para trabajar en talleres mecánicos y ser cargadores de muebles, buscan gente de entre 20 y 38 años”, cuenta Lenis, y afirma que los mayores de 40 años son cotizados para trabajos de jardinería, planchado de ropa y para servicios de cuidado de viviendas.
Virginia Magne, de la agencia de empleo Gutiérrez, dice que hay cualquier cantidad de trabajo, pero que hay patrones que no quieren agarrar a personas mayores porque consideran que estas no tienen la misma fuerza de cuando eran jóvenes.
El estudio del Cedla señala que la participación de los adultos mayores en la actividad económica no siempre se traduce en ocupación efectiva, sino también en desempleo abierto que ‘en el 2010 llegó a una tasa de 5,4%. Esta tasa es menor que la tasa total de desempleo en las 4 ciudades del eje, la cual llegó a 8,8%, un equivalente de 160 mil personas desempleadas.
La historia
- Desde su establecimiento en la mayoría de países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, el 1 de mayo es un día de homenaje a los mártires de Chicago.
- Estos sindicalistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket.
- Los hechos que dieron lugar a esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución industrial en Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad en número de habitantes de EEUU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
- Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. Hicieron valer la máxima: «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa». En este contexto se produjeron varios movimientos: en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, salvo caso de necesidad. Fuente: Wikipedia.
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