En la actualidad, se suele exigir a los trabajadores más productividad que nunca. Las jornadas laborales tienden a alargarse y las personas incrementan su nivel de estrés.
Ante esta situación, el buen mánayer tiene que ser consciente de que está sobre una olla a presión que puede estallar en cualquier momento y debe saber actuar de forma preventiva.
Cuando un trabajador se siente sobrepasado por la carga de trabajo que está soportando, hay que ayudarle a dar prioridad a las tareas más importantes que debe cumplir, colaborandole a descubrir, por ejemplo, cuál puede dejar para después.
Se debe animar a las personas a ser transparentes y honestas cuando se sientan sobrepasadas y aprender a ser flexible con las fechas y plazos de entrega. También hay que asegurarse que el trabajador cuente con las herramientas necesarias para realizar su trabajo de forma eficiente.
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