Según el CEDLA, en promedio en todos los hogares del eje hay dos ocupados por hogar y los ingresos de obreros y empleados oscila entre 2.100 y 2.600 bolivianos al mes.
Sin embargo, si se contrasta esta remuneración con el costo de una canasta básica familiar, resulta evidente que en ambos hogares se cubre el 44% o 55% del costo de esa canasta.
Estos porcentajes expresan el reparto tan desigual entre capital y trabajo. “Cada vez disminuye la parte que queda en manos de los asalariados y aumenta más la parte que queda en manos de los empresarios, pero también del Estado vía impuestos”, afirma Silvia Escóbar, del CEDLA.
El empleado de una empresa eléctrica dijo que su sueldo es de 2.800 bolivianos, pero un trabajador nuevo sólo percibe 1.240 bolivianos. “Con los descuentos, gano 2.100 bolivianos, pero no alcanza, pues debo cubrir alimentación, pasajes”, asegura.
Otro trabajador del sector salud asegura que quienes no tienen ítem y sólo un contrato, unas 270 personas, el salario es de apenas 1.000 bolivianos.
Pero además se les descuenta 180 bolivianos para las AFP y 5,09 bolivianos para el Fondo Solidario. “Con ese sueldo estamos hace nueve años. No nos cubre la canasta familiar. Somos cinco en mi familia. El sueldo se acaba en diez a 15 días”, agrega.
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