28 julio 2013

¡Prohibido! Niños trabajando

EXPLOTACIÓN | EL TRABAJO INFANTIL NO CONSTITUYE UNA SOLUCIÓN A LA POBREZA, POR EL CONTRARIO IMPLICA LIMITAR O PRIVAR A LA NIÑEZ Y A LA ADOLESCENCIA DE SUS DERECHOS.

Es un círculo fatal: mientras más niños trabajan, más pobres son sus hogares; se ha comprobado que el ingreso que los pequeños trabajadores aportan a sus casas, no los acercan siquiera a poder salir de la pobreza, y que mientras más niños trabajan en un país, menos recursos tiene éste para sacar del mercado laboral a los menores y llevarlos donde tienen que estar: la escuela. Bolivia, como Estado miembro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 1997 ratificó el Convenio 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo y dispuso que sea de 14 años; esta decisión está plasmada en el Código Niño Niña y Adolescente, en concordancia con la Ley General del Trabajo. El trabajo de los adolescentes a partir de los 14 años está reconocido por la legislación; sin embargo, es indiscutible que éste conlleva un conjunto de factores que pueden profundizar la desigualdad, causar daños a la autoestima de los adolescentes y generar problemas futuros.

LOS MÁS TRABAJADORES

Bolivia, el año 2002, mediante Ley Nº 2428, ratificó el Convenio 182 sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil, y así se comprometió a adoptar las medidas necesarias para eliminarlas con carácter de urgencia. El derecho de la niñez y adolescencia a ser protegida del trabajo infantil condice con la legislación nacional desde la misma Constitución Política del Estado (CPE), promulgada en febrero de 2009, que, en su artículo 61, “prohíbe y sanciona toda forma de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, tanto en la familia como en la sociedad”. Prohíbe también “…el trabajo forzado y la explotación infantil. Las actividades que realicen las niñas, niños y adolescentes en el marco familiar y social estarán orientadas a su formación integral como ciudadanas y ciudadanos, y tendrán una función formativa. Sus derechos, garantías y mecanismos institucionales de protección serán objeto de regulación especial”. Esa regulación especial se manifiesta en tres artículos de la Ley General del Trabajo, en 31 artículos del Código Niño, Niña y Adolescente, aglutinados en el “Título VI. Derecho a la protección en el trabajo” y en el artículo 15 de la Ley de la Educación “Avelino Siñani – Elizardo Pérez” que “incorpora la educación integral escolarizada dirigida a niñas, niños, adolescentes y jóvenes trabajadores, mediante programas especiales que garanticen su salud, alimentación, educación y reinserción escolar y sociolaboral”.

Sin embargo, según la Encuesta de Trabajo Infantil realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el año 2008, se establece que hay 850.000 niños, niñas y adolescentes bolivianos que trabajan, lo que representa que el 28% de la población entre 5 y 13 años realiza varias actividades laborales, y más del 87% está inmerso en las peores formas de trabajo.

Esta realidad se ha demostrado en varios estudios e informes acerca de la problemática del trabajo infantil en los países menos desarrollados. El trabajo de investigación “Pobreza y Mercado de Trabajo Infantil en Bolivia y Cochabamba”, de Osvaldo Walter Gutiérrez Andrade, hace un análisis profundo de la situación laboral de los infantes bolivianos y de América Latina, con énfasis en Cochabamba. De acuerdo a Gutiérrez, “Cuando se consideran los ingresos provenientes del trabajo infantil (en efectivo e imputado), solamente una proporción muy baja de los hogares con niñas y niños trabajadores logra superar el umbral de la pobreza por insuciencia de ingresos gracias al aporte del trabajo infantil.”

Según estimaciones del Censo Nacional de Población y Vivienda del año 1992, la población de menores trabajadores comprendidos entre los 10 y 19 años constituían en Bolivia, el 13% del total de la población económicamente activa. Un documento publicado en agosto de 2006 por la UNICEF y el Instituto Nacional de Estadística, muestra que en Bolivia cerca de dos millones de niños, niñas y adolescentes se encuentran en situación de riesgo por sus condiciones y estilos de vida, dentro de un contexto de pobreza y exclusión.

“Si bien existen diversos factores que se constituyen en causales del trabajo infantil, la pobreza se halla en el epicentro de la problemática. En la mayoría de los casos, se la ha identificado como una consecuencia estructural del sistema. En Bolivia seis de cada diez bolivianos son pobres. Bolivia tiene el más alto porcentaje de niños, niñas y adolescentes trabajadores, ya que es uno de los países más pobres y endeudados de Sudamérica. El dato más reciente indica que existen alrededor de 830 mil niños, niñas y adolescentes trabajadores, de los cuales se estima que el 35% está entre los 10 y 14 años. Aún cuando la pobreza y la exclusión social son los factores más evidentes relacionados con el trabajo infantil, en Bolivia este problema es resultado de múltiples causas”, explica Gutiérrez.

“SÓLO TRABAJO”

Aunque al ver a niños trabajando la gente suele pensar que su actividad laboral es desarrollada en tiempos libres o durante vacaciones, en general no se trata de un pasatiempo, según revela la investigación hecha por Gutiérrez. Casi un 70 por ciento de los menores le dedica ocho horas o más a su trabajo y el 63 por ciento trabaja todo el año. Sólo un 27 por ciento lo hace ciertas épocas y 10 por ciento únicamente en períodos irregulares. Por esto, la mayoría de los niños trabajadores no asiste a la escuela o, si lo hacen, no es su prioridad. Otro dato importante es que la gran mayoría de los niños, niñas y adolescentes trabajadores, un 95 por ciento, desempeña una ocupación en el sector comercio y servicios y generalmente en el sector informal de la economía. Un porcentaje bastante menor, un 5 por ciento, lleva a cabo sus actividades en el sector denominado semiindustrial. La mayoría trabaja como vendedores ambulantes y afines, limpiabotas, personal doméstico, conserjes, lavadores, mensajeros, porteros y otros.

El 54 por ciento tiene ingresos que están entre 150 y 500 bolivianos al mes, mientras que el 26 por ciento recibe entre 600 y mil bolivianos. En tanto, el 11 por ciento no genera ingresos y el 5 por ciento obtiene entre 1.100 y 1.900 bolivianos.

CIFRAS ENFRENTADAS

Un informe de la Defensoría del Pueblo de principios de este año revela que en Bolivia existen 2 millones de niños, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza y que esta cifra era menor hace pocos años. Los menores son el 46 por ciento del total de la población (4.844.572 niños). Según estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre 2005 y 2007, 278.236 niños entre 7 y 14 años (23 por ciento) y 399.506 entre 15 y 19 años (42,5 por ciento) estaban activos de manera permanente en Bolivia. El dato más reciente indica que existen alrededor de 830 mil niños, niñas y adolescentes trabajadores.

Pese a que las autoridades aseguran que la distribución de los ingresos se está regularizando y la brecha de la pobreza está disminuyendo, la realidad muestra situaciones muy diferentes. Casi un millón de menores trabajan en Bolivia, la mayoría en situación de riesgo. Lo que sí es un hecho incontrastable es que el trabajo infantil peligroso pone en riesgo la salud de los pequeños trabajadores, su integridad y su formación y los expone al maltrato físico, psicológico o moral, que puede ocasionarles daños para el resto de sus vidas y marcar negativamente a la sociedad en la que crecen. Es imperativo que el Estado y la sociedad adulta en su conjunto tomen medidas para proteger a su población más vulnerable. (Con datos de UNICEF, Defensor del Pueblo, “Pobreza y Mercado de Trabajo Infantil en Bolivia y Cochabamba”, Los Tiempos).

NÚMEROS QUE ALARMAN

• El 61.2% de los bolivianos es pobre, 6 de cada 10.

• En el área urbana la pobreza es del 52.51%.

• En las áreas rurales la pobreza es de 80%.

• Los infantes del área rural trabajan cerca de 40 horas por semana y en el área urbana este período excede las 40 horas.

• Nueve de cada 10 niños/as viven por debajo de la línea de la extrema pobreza en el área rural de Bolivia.

• 22.270 niños y niñas dedican su tiempo exclusivamente a trabajar y realizar labores domésticas, cuando su derecho es estudiar.

• 258.940 niños y niñas que trabajan, son atendidos sólo por uno de sus padres, cuando su derecho es ser protegidos por ambos progenitores.

• 200 mil niños y niñas distribuyen su tiempo entre trabajar, realizar labores domésticas y estudiar, cuando su derecho es descansar y jugar.

• 30 mil niños, niñas y adolescentes realizan trabajo nocturno, cuando su derecho es el respeto y el buen trato. (UNICEF)

LAS PEORES

formas de trabajo infantil en Bolivia Según su naturaleza:

• Zafra de caña de azúcar. Zafra de castaña

• Minería (minero, perforista, lamero, dinamitero)

• Pesca en ríos y lagos

• Ladrillería

• Expendio de bebidas alcohólicas

• Recolección de basura

• Limpieza de hospitales

• Servicios de protección y de seguridad

• Trabajo del hogar “cama adentro”

• Voceador de transporte público

SEGÚN SU CONDICIÓN:

- Peón en labores agrícolas

- Cría de ganado extensivo

- Trabajo forestal

- Vendedor de comercio en horario nocturno

- Modelo de modas que implique erotización de la imagen

- Trabajadora del hogar “cama afuera”

- Asistente de mingitorio en horario nocturno

- Picapedrero artesanal

- Operador de amplificación de sonido

- Carpintero y otros oficios con manipulación de maquinaria

- Albañilería

- Cuidador de autos en horario nocturno

Las peores formas de trabajo infantil abarcan también:

• Todas las formas de esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados.

• La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes.

• La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas. En Bolivia, estas actividades en las que se involucran niños, niñas y adolescentes no son consideradas laborales sino delitos que son sancionados como tal. (UNICEF)

TRABAJO A GOLPES

Según la Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia, dos millones de niños, niñas y adolescentes, es decir un 20% de la población total de Bolivia, viven en la pobreza y 336.000 trabajan en la calle, las minas y el campo. De acuerdo al vocero del Estado Plurinacional, la población infantil representa un 46% de los habitantes del país. De cada 100 niños y niñas que ingresan a la escuela, 30 no terminan la primaria y 7 de cada 10 sufren algún grado de violencia doméstica.

" Más de 800 mil niños/as y adolescentes de Bolivia desarrollan actividades en la zafra de caña de azúcar y castaña, además de minería, en las regiones de Santa Cruz, Bermejo y Potosí"

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